martes, 22 de mayo de 2012

El Cetro o Barra: Simboliza la Tercera Fuerza

           VISITA A SAN AGUSTÍN (1ª. PARTE),


La barra en sí misma, representa a la Tercera Fuerza, la Energía Creadora, que es la que puede llevarnos a la Auto-realización Íntima del Ser; la que sirve para la Gran Obra del Padre. Esa Tercera Fuerza es conocida en el ámbito de la Alquimia Sexual, como el Mercurio; en el cristianismo puro, es el Espíritu Santo. Decían los grandes Maestros de la Alquimia: "Bendito Dios que ha creado a Mercurio, porque sin éste último la Gran Obra no sería posible para los alquimistas".
El V. M. SAMAEL AUN WEOR, dice: “…Pero nos deja realmente asombrado el Mercurio, él deviene de las transmutaciones, de las transformaciones, dijéramos, de la esperma sagrada, del resultado de la Magia Sexual. Él es como el vapor que se levanta del pozo, es como la nube que surge del caos metálico. Ese Mercurio, sin embargo, posee una inteligencia de tipo subliminal, inefable; es así como puede verdaderamente transformarse el plomo de la personalidad en el oro magnifico del espíritu. También puede asomarse a través de nuestro rostro, para verse en el espejo mirífico de la alquimia”.
“El Tercer Logos inefable, es ese Archi-hierofante y Archi-mago que nos hablara Don Mario Roso de Luna, el insigne escritor español; Él se transforme en el Mercurio de la filosofía secreta, en el Dios de la elocuencia, en esa forma lúcida de un M. Cagliostro y en la portentosa de un M. Saint Germain, o sencillamente, en esa apoteosis de nuestra psiquis durante el éxtasis magnífico. Verdaderamente, no puede menos que llevarnos al asombro”.
“Si dijéramos únicamente que el Mercurio resulta de las transformaciones de la esperma en energía y que mediante ese agente logramos convertir el plomo en oro, pues, no diríamos tampoco la última palabra; quedaría la explicación incompleta, porque ese Mercurio no es solamente un agente puramente metálico capaz de realizar transmutaciones; no; hay algo más en ese Mercurio, es el “Dios de la elocuencia”, es el genio vivo que resplandece en el Cuerpo Astral del Arath Gnóstico, es el mismo Logos, el mismo Tercer Logos, convertido y transformado, mediante el sexo, en el Hijo del Hombre”.
“No es, pues, una sustancia meramente en bruto o meramente metálica, no es únicamente esa materia venerable de la cual nos hablara Sendivogius, Raymundo Lulio, Nicolás Flamel, Paracelso, Eltrevisano, etc., es algo más. Hablando metálicamente es el status convertido en el Mercurio viviente filosofal, que nos convierte en una criatura hermosa y perfecta, en esos seres del amor, en esos Hermanos Mayores de la humanidad; que realiza los cambios radicales que originan una nueva criatura trascendente y trascendental”.
“¿Cómo sería o de qué otra manera podrían realizarse esas permutaciones metálicas dentro de nosotros mismos? Obviamente, sin el fuego sagrado de la alquimia, sin el Sahaja Maithuna resultaría absolutamente imposible realizar cambios de esta índole”.
Como usted va viendo, caro lector (a), los artistas Agustinianos nos invitan a través de los símbolos que encontramos en estos cuerpos de piedra, a que nos convirtamos en algo

diferente, en algo distinto, a que las “diversas substancias químicas se combinen dentro del organismo para originar los diversos funcionalismos biomecánicos ó fisiológicos; pues, si existen tantos fenómenos catalíticos y metabólicos, si el azúcar puede transformarse en alcohol, indudablemente, también existen las diversas permutaciones alquímicas, las cuales, a través de incesantes combinaciones, vienen a convertirnos realmente en seres inefables ostensiblemente diferentes, superiores.
El cetro o la barra que hallamos en San Agustín, nos está indicando con claridad meridiana que el poder de toda criatura humana radica en el sexo. Los principios de auto-educación sexual, son perceptibles en los sublimes cultos religiosos de los Incas, Mayas, Aztecas, Zapotecas, Chibchas, Toltecas, Nahuas de Indo América. En ciertos códices mayas y aztecas, dicen que “hombres y mujeres aspirantes al adeptado, permanecían días enteros amándose y practicando “Magia Sexual”: “Conexión del Phalo-Yoni sin eyacular el “Ens Seminis” (el Mercurio de los sabios), dentro de los patios de los Templos Sagrados”.
Los Eternos Principios masculinos y femeninos, resplandecen como Dioses y Diosas en el fondo de todas las edades. El cetro o barra en estas piezas arqueológicas nos hablan de los Misterios Suprasexuales, que es la representación del Eterno Amor que fluye y palpita en todo el Universo.
Todos los sistemas de Educación Íntima son sexuales. Lamentablemente, la humanidad actual ha cometido el error de subestimar al sexo, o de considerarlo en sus más bajas manifestaciones, como el Infraseo.
San Agustín nos invita a comprender por medio de estas efigies pétreas, la trascendencia de la función sexual, y así puede corroborarlo todo investigador, que posea conocimiento de los Principio Antropológicos Gnósticos,
El cetro nos indica el trabajo con el Sahaja Maithuna. El V. M. SAMAEL AUN WEOR, indica: “Escrito está con carbones encendidos en el libro extraordinario de la vida, que el amor ardiente entre varón y hembra obra mágicamente. Hermes Trismegisto el tres veces grande Dios Ibis de Thot, dijo en su Tabla de Esmeralda: “Te doy Amor en el cual está contenido todo el Sumun de la Sabiduría”.
“Todos tenemos algo de fuerzas eléctricas y magnéticas en nosotros, y ejercemos al igual que un magneto una fuerza atracción y repulsión... Entre los amantes es especialmente poderosa esa fuerza magnética, y su acción llega muy lejos. La Magia Sexual (Sahaja Maithuna) entre marido y mujer, se fundamenta en las propiedades polares que ciertamente tienen su elemento potencial en el sexo”
Un sabio autor dijo: “La Magia Sexual conduce a la unidad del Alma y a la sexualidad vivificada: lo sexual pierde el carácter de lo sospechoso y menospreciado que sólo se acata secretamente con cierta declarada vergüenza; por el contrario, es puesto al servicio de un maravilloso gozo de vivir, penetrado por él y alzado a componente de la afirmación de la existencia que asegura el felizmente equilibrio de la personalidad libre”.
Es indispensable evitar la sombría corriente cotidiana del acoplamiento vulgar común y corriente (derramamiento de las secreciones sexuales o fornicación) y entrar en la esfera luminosa del equilibrio magnético del “redescubrimiento del otro”, de hallar en ti el Camino Secreto que conduce a la liberación final.
Un sabio Suprasexual, dijo: “Solo cuando conocemos y empleamos las “Leyes del Magnetismo” entre los cuerpos y las Almas, no serán ya más imágenes fugaces y sin
sentido, nieblas que se desvanecen en la luz, todas las palabras sobre Amor, Sexo y Sexualidad”.
Es ostensible la tremenda dificultad que presenta el estudio de la Magia Sexual. No resulta nada fácil querer mostrar como “aprendible y visible” el Maithuna, con su gobierno de las más delicadas corrientes de nervios y las múltiples influencias subconscientes, infraconscientes e inconscientes sobre el ánimo. Hablando claro y sin ambages; este tema sobre el Suprasexo, es cuestión de experimentación íntima directa, algo demasiado personal.
Pero lo cierto, es que ante todo, debemos renunciar a la concupiscencia animal en ara de la Espiritualidad; este es el fundamento de la Magia Sexual. La Magia Sexual, el Sahaja Maithuna, o Suprasexo, representado en Indo América con el cetro o la barra, nos muestra la senda para encontrar el “Hilo de Ariadna” del ascenso, que ha de conducirnos de las tinieblas a la luz, de la muerte a la inmortalidad.
Cuando el cetro llega hasta el cinturón nos habla de Hod, que corresponde al Cuerpo Astral. El cambio radical absoluto dentro de nosotros mismos, aquí y ahora, sería imposible sin el “Ens Seminis”.
Hablando claramente y sin ambages, decimos que el "Ens Seminis" (la entidad del semen) es ciertamente esa materia venerable citada por los más destacados alquimistas de la Edad Media, con el cual podemos y debemos elaborar a Hod, el Cuerpo Astral. Y el camino es la Magia Sexual. Mediante esta práctica bendita podemos cumplir con aquella máxima alquimista que dice: "Solve et Coagule". O sea, disolvemos el “Yo” Psicológico o pecados; y coagulamos en nosotros el Hidrógeno Sexual SI-12 en forma de Cuerpos Solares, entre ellos, el primero, el Astral o Hod, para los cabalistas, o Natural, para san Pablo. Así, pues, si la barra o cetro se orienta hacia la cintura, hacia Hod, nos habla en términos hebraicos de la fuerza neutralizante. Esta tercera fuerza es la que realmente hay que aprender a manejar, aprender a dirigir, porque es la que da el poder. Esa fuerza, como lo explican alquimista modernos como SAMAEL AUN WEOR, FULCANELLI, es la que “valoriza la semilla sexual y le da el poder de germinar, como mística levadura que hace fermentar y levanta la entera masa metálica haciendo aparecer en su forma íntegra al “Rey de la Creación”; es decir, al Hombre auténtico, no al animal intelectual equivocadamente llamado hombre.
Claramente, el Sahaja Maithuna, la Magia Sexual, es el fundamento vivo de la Gran Obra del Padre que está en secreto. Pero no debemos pasar por alto que para crear se necesitan las Tres Fuerzas Primarias que vienen de arriba del Padre y existen en toda la creación: Fuerza Positiva; Fuerza Negativa; y la Fuerza Neutra. En el caso de la praxis del Suprasexo, el varón es la Fuerza Positiva; la Mujer es la Fuerza Negativa y la Fuerza Sexual es la Fuerza Neutra; así que, estos tres aspectos representan: Positivo, Negativo, Neutro.
Los científicos contemporáneos, reconocen la fuerza y la resistencia, la fuerza positiva y la fuerza negativa; las células positivas y negativas, es decir, las células masculinas y femeninas, etc., pero ignoran que sin una tercera fuerza, la neutra, es imposible todo fenómeno, toda creación. Es cierto y de toda verdad que una o dos fuerzas no pueden producir ningún fenómeno pero los científicos creen que las fuerzas positivas-negativas, pueden producir todos los fenómenos.
Si así mismo nos estudiamos profundamente, podemos descubrir las tres fuerzas en acción. La electricidad no sólo es positiva o negativa, existe la electricidad en su forma neutra. Una o dos fuerzas no pueden producir jamás ningún fenómeno y cada vez que observamos una detención en el desarrollo de cualquier cosa, podemos decir con absoluta seguridad que allí falta la tercera fuerza.
El cetro se fundamenta en la energía sexual, la cual hay que elevar hacia dentro y hacia arriba. Es un trabajo muy consciente.
En la Cábala Judía, Binah es el Espíritu Santo, es el Tercer Logos, el Señor Shiva de los Indostaníes, que se manifiesta como potencia sexual en todo lo que es, ha sido y será.
El V. M. SAMAEL AUN WEOR, al respecto, dice: “El Espíritu Santo es la Fuerza Sexual que vemos en los pistilos de las flores, eso que se expresa en los Órganos Creadores de todas las especies que viven; Fuerza maravillosa sin la cual el Universo no podría existir”.
“En la India, el Espíritu Santo es Shiva, el Divino Esposo de Shakti, Ella es la Divina Madre Kundalini. La Divina Mujer es una Virgen Inefable, esta Divina Madre está simbolizada entre los aztecas por una Virgen recóndita; esta virgen tiene en su garganta una misteriosa boca; es que la garganta es el útero donde se gesta la palabra, los Dioses crean con la laringe”.
“La energía creadora del Tercer Logos elabora los elementos químicos de la Tierra, con toda su multifacética complejidad de formas. Cuando esta Energía Creadora se retire del centro de la Tierra, nuestro mundo se convertirá entonces en un cadáver. Así es como mueren los Mundos”.
“La Energía del Tercer Logos se expresa por medio de los Órganos Sexuales, y por medio de la Laringe Creadora. Estos son los dos instrumentos a través de los cuales fluye la Poderosa Energía Creadora del Tercer Logos. Cuando se trabaja con el Arcano A. Z. F., el Flujo ascendente de la Energía Creadora del Tercer Logos entra en actividad como Fuego Vivo. Ese Fuego Pentecostal sube a lo largo del Canal Medular abriendo centros y despertando poderes milagrosos”.
“En el México antiguo en el Templo de las Serpientes, llamado Quetzalcóatl, se adoraba al Espíritu Santo, con túnica y manto de colores blanco, negro y rojo, echaban entre ascuas de fuego, caracoles en polvo, para ello utilizaban caracoles marinos blancos, negros y rojos. El Blanco es el Espíritu Puro, el Negro simboliza la caída del Espíritu en la Materia, y el Rojo es el Fuego del Espíritu Santo, con el cual regresamos a la blancura del Espíritu Puro”.
“Ese incienso subía hasta el Cielo, el Sacerdote oraba por la vida y florecían las plantas porque el Espíritu Santo es el Fuego Sexual del Universo. El rito se verificaba en el templo de Quetzalcóatl antes de salir el Sol, porque el Espíritu Santo es el “Hacedor de Luz”, el Sacerdote vocalizaba los mantrams IN, EN”.
Jonás el profeta, también verificaba el rito del Espíritu Santo exactamente lo mismo que los aztecas y usaba para ello las mismas vestiduras y sahumerios. También vocalizaba los mantrams IN, EN cuando echaba el sahumerio entre el fuego.
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