miércoles, 25 de abril de 2012

Posición de los brazos: Indican el ascenso de las fuerzas sexuales

               VISITA A SAN AGUSTÍN (1ª. PARTE)


Cuando Indo América estaba en todo su esplendor y grandiosidad, jamás se cometieron los sacrificios que la humanidad actual atribuye a algunas culturas antiguas. La cultura Indo Americana es solar. Indo América fue instruida por Seres Solares Perfectos, Mesías, Profetas. Ciertamente, la sa­biduría antigua Indo Americana es formidable; y su arte de naturaleza realmente objetiva, como lo apreciamos aquí, en San Agustín, se halla asociado a la ciencia y a la religión en su forma prístina; en tiempos en que floreció esta antigua cultura Agustiniana, nunca estuvo el arte separado de la religión, de la ciencia y de la filosofía. 

Por medio del arte regio gnóstico se llega directamente a la Conciencia, se instruye al cerebro emocional, y esto lo podemos palpar, tocar, ver aquí. En los tiempos de la antigua cultura Agustiniana el arte nunca fue subjetivo. Este arte enlaza los conocimientos ocultos sobre Suprasexualidad de todas las antiguas culturas, tanto la egipcia, como la babilónica, la fenicia, la griega, la indostánica, la tibetana, etc., como lo podemos apreciar en este símbolo que nos habla de la “Transmutación Sexual, del ascenso de la energía sexual”. 

La transmutación sexual del "Ens Seminis" en energía creadora, se hace posible cuando evitamos cuidadosamente el abominable espasmo, el inmundo orgasmo de los fornicarios (Consultar Levítico 15). 

En la Alquimia sexual se conoce que la bipolarización de la energía del sexo en el organismo humano, fue, desde los antiguos tiempos, analizada en los Colegios Iniciáticos de Egipto, México, Perú, Grecia, Caldea, Roma, Fenicia, etc., etc., etc. El ascenso de este tipo de energía (no la sustancia semínica) hasta el cerebro se verifica gracias a cierto par de cordones nerviosos, que en forma de ocho se desenvuelven espléndidamente a derecha e izquierda en la espina dorsal. De esta manera llegamos al Caduceo de Mercurio (símbolo de la sagrada medicina) con las alas del Espíritu siempre abiertas. 

Aclaramos que este par de cordones nerviosos arriba mencionados jamás podrían ser encontrado con el bisturí, pues ellos son de naturaleza semi‑etérica, semi‑física. Estos son los “Dos Testigos del Apocalipsis”, las “Dos Olivas” y los “Dos Candeleros” que “están delante del Dios de la Tierra, y si alguno les quisiese dañar, sale fuego de la boca de ellos, y devora a sus enemigos”. 

El V. M. SAMAEL AUN WEOR, dice: “En la sagrada tierra de los Vedas este par de cordones nerviosos son conocidos con los nombres sánscritos de Idá y Pingalá; el primero se relaciona con la fosa nasal izquierda y el segundo con la derecha. Es obvio que el primero de estos dos Nadis o canales es de tipo Lunar; es ostensible que el segundo es de naturaleza Solar. A muchos puede sorprenderles un poco que, siendo Idá de naturaleza fría y Lunar, tenga sus raíces en el testículo derecho. A muchos podrá caerles como algo insólito e inusitado, la noticia de que, siendo Pingalá de tipo estrictamente Solar, parta realmente del testículo izquierdo. Empero, no debemos sorprendernos, porque todo en la naturaleza se basa en la “Ley de las Polaridades”. 

“El testículo derecho encuentra su anti‑polo exacto en la fosa nasal izquierda, y esto ya está demostrado. El testículo izquierdo encuentra su antípoda perfecta en la fosa nasal derecha y obviamente esto debe ser así. La Fisiología esotérica enseña que en el sexo femenino los dos testigos parten de los ovarios. Es incuestionable que en las mujeres el orden de este Par de Olivas del Templo se invierte armoniosamente”. 

Así, pues, en San Agustín como en las estelas de Kalasasaya (Bolivia), Copan (Honduras), etc., muestra los brazos en posición hacia arriba, indicando el ascenso de las fuerzas positiva y negativa, a través de ese par de cordones nerviosos. 

“Viejas tradiciones que surgen de entre la noche profunda de todas las edades, dicen que cuando los átomos Solares y Lunares del sistema seminal hacen contacto en el Triveni cerca del coxis, entonces por simple inducción eléctrica despierta una tercera fuerza; quiero referirme al fuego maravilloso del “Amor” –nos manifiesta el V. M. SAMAEL AUN WEOR-, y complementa: “Escrito está en los viejos textos de la sabiduría antigua, que el orificio inferior del canal medular en las personas comunes y corrientes se encuentra herméticamente cerrado; los vapores seminales lo abren para que el fuego sagrado de la sexualidad penetre por allí. A lo largo del canal medular se procesa un juego maravilloso de variados canales que se penetran y compenetran mutuamente sin confundirse debido a que están ubicados en diferentes dimensiones; recordemos al Susumná, y a otros como el Vajra, Ajra, el Chitra, el Centralis y al famoso Brahmanaddi; por este último asciende el fuego del deleite sexual cuando jamás cometemos el crimen de derramar el semen”. 

“El ascenso del fuego sexual por el canal medular se realiza muy lentamente, de acuerdo con los méritos del corazón. Los fuegos del Cardias controlan sabiamente el ascenso milagroso de la flama del amor. Obviamente tal llama erótica no es algo automático, o mecánico, como suponen muchos equivocados sinceros. Este fuego serpentino despierta exclusivamente con el deleite sexual amoroso y verdadero. Jamás ascendería la flama erótica por el canal medular de parejas unidas por mera conveniencia personal”. 

“Sería imposible el ascenso de la llama santa en la espina dorsal de hombres y mujeres adúlteras. Nunca subiría el fuego de las delicias sexuales en la espina dorsal de aquellos que traicionan al Gurú. Jamás ascendería el fuego sexual por la médula de los borrachos, afeminados, calumniadores, codiciosos, lesbianas, drogadictos, asesinos, ladrones, mentirosos, explotadores, blasfemos, sacrilegios, etc., etc., etc.” 

“El ascenso de la flama de las dichas ardientes a lo largo del canal espinal, de vértebra en vértebra, de grado en grado, resulta en verdad muy lento; jamás subiría instantáneamente como equivocadamente suponen algunas personas que no poseen información correcta. Huelga decir en gran manera y sin mucha prosopopeya, que los treinta y tres grados de la Masonería Oculta se corresponden esotéricamente con las treinta y tres vértebras espinales”. 

“Cuando el Alquimista comete el crimen de derramar el "Vaso de Hermes" (me refiero al derrame seminal), obviamente pierde grados masónicos, porque el fuego de los encantos amorosos desciende una o más vértebras de acuerdo con la magnitud de la falta. Recuperar los grados perdidos suele ser espantosamente difícil; empero, está escrito que en la Catedral del Alma hay más alegría por un pecador que se arrepiente, que por mil justos que no necesitan arrepentimiento. En el Magisterio del Amor siempre somos asistidos por los Elohim; ellos nos aconsejan y ayudan”. 

Entre los dos brazos, en muchas de las esculturas, aparece un rostro que nos indica al Hombre Causal, al Hombre Verdadero. El Hombre Verdadero es el Hombre que ha fabricado los Cuerpos Existenciales Superiores del Ser, conocidos en el gnosticismo como Astral, Mental y Causal; san Pablo cuando se refiere a ellos los nombra como Cuerpos Natural, Espiritual y Divino, respectivamente. Y cuando se dice que el Auténtico Hombre es el Hombre Causal, se refiere a que ese ser humano es un Hombre en el sentido completo de la palabra, un mutante positivo; y todo esto se realiza por medio de la Suprasexualidad. 

También encontramos en estas esculturas que presentando los dos brazos hacia arriba, nos está indicando las dos fuerzas positiva y negativa, que tienen que fluir hacia dentro y hacia arriba, cuando se practica la Suprasexualidad, o sea, esto fluye a través del Matrimonio Perfecto, que el V. M. SAMAEL AUN WEOR, al respecto dice: “Las palabras deliciosas del amor conducen al beso ardiente de la adoración. El acto sexual es la real consubstancialización del amor, en el tremendo realismo psico-fisiológico de nuestra naturaleza. Cuando un hombre y una mujer se unen sexualmente, algo se crea. En esos instantes de suprema adoración él y ella son realmente un solo ser andrógino con poderes para crear como los dioses. En esos instantes de unión sexual estamos realmente en el Laboratorium-Oratorium de la Santa Alquimia. Los grandes clarividentes pueden ver en esos momentos a la pareja sexual, envuelta en esplendores terriblemente divinos. Con esas fuerzas tremendamente divinas podemos desintegrar el “diablo” (el Ego, el “Yo”, el pecado) que llevamos dentro, y transformarnos en grandes Hierofantes”. 

“Conforme el acto sexual se prolonga, a medida que aumentan las caricias deliciosas del éxtasis adorable, se siente una voluptuosidad espiritual encantadora. Entonces nos estamos cargando de electricidad y magnetismo universal, terribles fuerzas cósmicas se acumulan en el fondo del Alma, las fuerzas misteriosas de la Gran Madre Cósmica circulan por todos los canales de nuestro organismo. El beso ardiente, las caricias íntimas, se transforman en notas milagrosas que resuenan conmovedoras entre el aura del Universo. No tenemos cómo explicar aquellos momentos de gozo supremo”. 

“Si el hombre y la mujer saben retirarse antes del espasmo, si tuvieran en esos momentos de gozo delicioso fuerza de voluntad para dominar al Ego animal (el “Yo” de la lujuria), y si luego se retirase el varón, del acto sin derramar el semen (y la mujer sin llegar al orgasmo), ni dentro de la matriz, ni fuera de ella, ni por los lados, ni en ninguna parte, habrían realizado un acto de Magia Sexual, eso es lo que se llama en Alquimia Arcano A. Z. F. Con el Arcano A.Z.F., (tanto el varón como la mujer) pueden retener toda esa luz maravillosa, todas esas corrientes cósmicas, todos esos poderes divinos”. 

“Pero cuando (el varón) derrama el semen (y la mujer llega al orgasmo), las corrientes cósmicas se funden entre las corrientes universales y penetran en el Alma de los dos seres, una luz sanguinolenta, las fuerzas luciféricas del mal, el magnetismo fatal. Entonces Cupido se aleja llorando, se cierran las puertas del Edén, el amor se convierte en desilusión, viene el desencanto, queda la negra realidad de este valle de lágrimas”. 

“El hombre y la mujer amándose mutuamente son verdaderamente dos arpas de milagrosas armonías, un éxtasis de gloria, aquello que no se puede definir porque si se define se desfigura. Eso es amor. El beso es la consagración profundamente mística de dos Almas que se adoran, y el acto sexual es la llave con la cual podemos fabricar los Cuerpos Existenciales Superiores del Ser, para convertirnos en Hombres Reales. El amor se alimenta con amor, sólo con amor son posibles las Bodas de la Alquimia”. 

Estas estelas aventajan en mucho a una explicación en letras o hablada. 

Otras estelas presentan una figurilla en el centro del pecho; esto nos está hablando al centro emocional, del centro profundo de la Conciencia. El centro emocional es uno de los cinco que poseemos para llevar cabo nuestra vida; los otros 4 son: el intelectual, motor, instintivo y el sexual. Los cinco centros necesitan ser utilizados en forma equilibrada para llevar a cabo una vida plena y armoniosa. Cuando no se emplean o se abusa de ellos entonces nuestro organismo resiente las consecuencias de tal proceder. La psicología considera a las emociones como algo insustituible para vivir ya que ellas son las que le dan sabor a nuestra existencia, son la sal de la vida. Pues bien, gracias al centro emocional, podemos expresar amor y cariño a nuestros seres queridos y mostrar afecto a nuestros semejantes y extender ese sentimiento a toda la creación entera, pero al mismo tiempo podemos sentir cómo esa energía sublime nos la transmiten quienes nos rodean. El centro emocional como los otros Centros, tienen 2 aspectos: positivo y negativo y eso es lo grave porque muchas veces sin saberlo estamos viviendo con dicho centro en forma negativa. Conviene saber esto porque así podremos modificar algunos aspectos negativos de nuestra vida y sus nefastas consecuencias.
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miércoles, 18 de abril de 2012

El Pectoral: Símbolo del Hombre verdadero, del Hombre Interior



VISITA A SAN AGUSTÍN (1ª. PARTE)






El pectoral que observamos en los monumentos de San Agustín, nos indica que no debemos olvidarnos del Hombre verdadero, del Hombre interior; a este Hombre, la Cábala hebraica lo llama “Tiphereth”; en el cristianismo se le denomina “Alma Humana”. Los artistas Agustinianos por medio de este símbolo dejaron para la posteridad la enseñanza de que el Alma humana debe saber escuchar el Verbo, la Palabra, la Sapiencia, la Sabiduría del Ser interior profundo. Este símbolo nos dice que cada ser humano debe poner atención al fondo anímico de su particular Real Ser, y es lo que verdaderamente cuenta en nuestra existencia 

La cruda realidad de los hechos, es que el que quiera llegar a poseer la Gnosis, la Sabiduría del Padre que está en secreto, debe desdoblarse en dos: en el Hombre Exterior y el Hombre Interior. En tanto no logremos desdoblarnos psicológicamente, seguimos viviendo como Hombre Exterior. 

El Hombre Exterior, ¿de dónde va a sacar la Gnosis, la Sabiduría? Para alcanzar la Sabiduría del Ser Intimo se necesita darle nacimiento, en uno mismo, al Hombre Interior; esto quiere decir, que el “Nuevo Hombre” debe nacer dentro de uno mismo. Ese Hombre Interior no es otra cosa que el Hombre Psicológico. El V. M. SAMAEL AUN WEOR, dice “El Hombre Interior está colocado en un nivel superior al del Hombre Exterior. Es necesario “Renacer” del agua y del espíritu”, dice Jesús, y todos los evangelios del Gran Kabir Jesús, van a eso: al “Renacimiento del Hombre Interior”. Él quiere que surja el Hombre Interior en cada persona, eso es lo que desea el Gran Kabir. Los mensajes de Jesús no están dirigidos al Hombre Exterior, pues El no venía dispuesto a perder el tiempo miserablemente dando conocimientos exclusivos para el Hombre Exterior. Las enseñanzas de Jesús tienen un solo objetivo: que se “Renazca del agua y del espíritu”; Él quiere que en nosotros renazca el Hombre Interior, que nos desdoblemos en dos”. 

“El Hombre Exterior, realmente, vive en el mundo externo y únicamente puede saber sobre las cosas del mundo externo. El Hombre Interior es distinto: vive en un mundo interior y conoce la vida exterior, completamente, y también la vida de tipo interior. Y es que el Hombre que ha renacido del agua y del espíritu, es diferente. Cuando eso sucede, el mismo Hombre Exterior se somete a la voluntad del Hombre Interior y actúa en consonancia con las leyes de los mundos internos (ya es un hombre diferente)”. 

“Obviamente, el Hombre Interior nace dentro de nosotros en un nivel superior, en una octava superior. El Hombre Exterior, el hombre común y corriente, está colocado siempre en un nivel de tipo inferior; eso es ostensible”. 

El “Tratado de Psicología Revolucionaria” del V. M. SAMAEL AUN WEOR, nos dice con luz meridiana que “para que renazca en nosotros el Hombre Interior, se necesita ante todo reconocer nuestra propia nadidad y miseria psicológica. Es claro que las gentes comunes y corrientes están acostumbradas a vivir de acuerdo con las reglas de este mundo: se sienten perfectísimas y llenas de virtudes, mejores que don fulano de tal, que doña zutana, etc. Siempre se quejan de que no les reconocen sus méritos: si trabajan en una fábrica, pues consideran necesario que se les pague bien, que se les aumente el salario conforme los precios aumentan; no dan “puntada sin dedal”, aspiran siempre a un ascenso. Si son simples soldados en el Ejército, quieren llegar a ser Cabos, quieren ser Sargentos, quieren ir progresando poco a poco, y allá, en su interior, sueñan con llegar a ser Generales de División, ¿por qué? Porque se consideran dignos de mérito, creen que todo se lo merecen, y si trabajan en algún sentido, si hacen algún esfuerzo, exigen su paga, y si no, protestan. ¿Cómo? “! No es justo -dicen-, yo he trabajado, he luchado, tengo tales y tales méritos y, sin embargo, a mí no me han sabido pagar, no han sabido reconocer mis esfuerzos!” ¡Así es el hombre exterior!” 

Entonces, para que nazca el Hombre Interior, ¿Qué debemos realizar? Pues tenemos que volvernos diferentes; comenzando a reconocer que uno no vale nada a pesar de haber trabajado muy duro en la vida, hasta llegar a acabar con la psicología anormal del Hombre Exterior. Hasta llegar a comprender que uno es un imbécil, en el sentido más completo de la palabra. Y al decir, no tomarlo como meras poses de comediante, ni fingidas mansedumbres o actitudes pietistas, o mojigatería de muy mal gusto. No; porque cuando uno tiene el valor, la valentía de examinar nuestra propia existencia, llegamos a descubrir que uno es un idiota, que no vale nada. Pero en tanto creamos que valemos algo, no puede nacer dentro de sí mismo el Hombre Interior. Mientras el Hombre Exterior crea que vale mucho, seguirá siendo lo que ha sido siempre: el hombre de la calle (común y corriente), el señor que está detrás del mostrador en el almacén, el boticario que prepara recetas, o el vendedor de artículos de primera necesidad, pero jamás el Hombre Interior. 

El V. M. SAMAEL AUN WEOR, explica: “El Hombre Interior nace dentro de uno como resultado de sus propias reflexiones. Si se quiere que nazca el Hombre Interior dentro de sí mismo, tiene que darse el lujo de destruir lo que uno es, lo que es uno mismo: un saco de reacciones mecánicas, absurdas, un saco de prejuicios, de simpatías y de antipatías mecánicas, de lujurias, etc. Total: un cretino. Si uno se da cuenta que es eso, se le quitan las ínfulas de vanidad y se dedica en verdad a lo que debe dedicarse: a la destrucción del “Mí Mismo”. Esto es algo que suena muy feo para las gentes que se quieren mucho. A nadie que tenga el “Yo” del amor propio, puede gustarle estas palabras que estoy diciendo aquí. Pero así es: cuando uno trabaja de verdad, sinceramente, está erradicando de su psiquis lo que debe erradicar: su imbecilidad, su idiotez, su cretinismo, sus ínfulas de grandeza, su auto-importancia, etc.”. 

El Tratado de Psicología Revolucionaria Gnóstica nos ha informado que a medida que los elementos indeseables que uno lleva en su interior mismo se reducen, a cenizas, la Esencia, la Conciencia se va liberando y va surgiendo en uno la Auto-Gnosis. Esa Conciencia liberada es Gnosis, es Sabiduría, pero Sabiduría de verdad; no hablamos de conocimientos sensualistas o razonativos, porque eso no le sirve al Hombre Interior; hablamos de Sabiduría verdadera, que es Auto-Gnosis. 

Obviamente, a medida que la Esencia se libera, aumenta la Auto-Gnosis. Cuando la totalidad del Ego es destruido, aniquilado, la Esencia, la Conciencia, que es lo mismo, o sea, el Hombre Interior queda completamente auto-consciente. Ese hombre, nacido del agua y del espíritu, tiene Gnosis verdadera, es el Hombre de Sabiduría, de Sapiencia Cristica. No el conocimiento ciego, no lo que a uno le enseñaron en la primaria, en la secundaria, en la preparatoria, en la universidad, etc., etc.; nos referimos al conocimiento del Hombre Consciente, desprovisto de Ego, al Hombre Interior que ha sabido escuchar al Verbo, a la Palabra, la Sapiencia, la Sabiduría; eso es lo que nos señalan los artistas de Arte Regio que elaboraron estas estelas. Ese Hombre Interior por experiencia directa, puede vivenciar los Misterios de la Vida y de la Muerte, puede vivenciar eso que está más allá del cuerpo, de los deseos y de la mente, eso que no es del tiempo, eso que es la Verdad, la Gnosis del Padre que está en medio de nosotros. Porque cuando alguien se ha desdoblado en sí mismo, cuando se ha dividido en Hombre Superior y Hombre Inferior, entonces, ese alguien, tiene una experiencia directa sobre lo real. Así que, el Arte Objetivo de San Agustín no le interesa que prosiga el Hombre de Nivel Inferior, sino que renazca en nosotros el Hombre Interior; en estas estatuas se quiso que la humanidad conociera la necesidad de llegar al Nacimiento Segundo, se quiere el desdoblamiento del Hombre. 

Quien quiera llegar, en verdad, a ser Hombre de Conocimientos Gnósticos, quien quiera poseer la Auto-Gnosis, tiene que dar nacimiento, en sí mismo, al Hombre Interior, es decir, tiene que desdoblarse en dos: en el Hombre Interior, colocado, naturalmente, en el nivel de una octava más elevada, y el Hombre Exterior, colocado en un nivel más bajo, en el mundo en que vivimos. 

Pero en tanto continuemos viviendo simplemente como hombres del nivel inferior, en este mundo tridimensional de Euclides, no será posible tener Sapiencia, ni tampoco será posible conocer, en alguna forma, los Misterios de la Vida y de la Muerte, conocer lo real. Cuando uno se desdobla, llega a reconocer que dentro de sí mismo, en las profundidades del Hombre Interior, una autoridad colocada en otra octava aún más elevada, y se somete a esa autoridad y entonces aumenta la Sabiduría Cristica. 

El V. M. SAMAEL AUN WEOR, al respecto dice: “Cuando uno se somete a esa autoridad colocada, dentro de uno mismo, en una octava ascendente, o sea, cuando uno se ha desdoblado en dos y el Hombre Interno se somete a esa autoridad, y a su vez el Hombre Externo se somete al Hombre Interior, todo en general queda sometido una autoridad íntima, que no es otra sino la de la propia particularidad, la de su propio Logoi, la de su propia Mónada, hablando esta vez al estilo de Leibnitz”. (La de su Padre que está en secreto, según el Evangelio Crístico)”. 

Es cierto y de toda verdad, que mientras más obedezcamos esa autoridad, tanto en los Cielos como en la Tierra, es decir, tanto en el espacio psicológico como aquí, en el espacio tridimensional de Euclides, pues tanto más aumenta la Sapiencia. 

Quien quiera saber algo sobre la Sabiduría, primero que todo no debe confundirla con la información intelectual. Tenemos que quitarnos ese adefesio de suponer que Sabiduría es lo mismo que razonamiento intelectual. 

La adquisición de la Sabiduría es algo graduativo. Se va logrando en la medida que vamos consiguiendo la liberación de la Conciencia mediante la trituración y desintegración de los elementos psíquicos indeseables; y quien consiga liberar un ciento por ciento esos “demonios execrables”, entonces su Esencia, poseerá la sagrada Gnosis, la Sabiduría integral. 

Para que la Sabiduría se multiplique, necesita uno someterse a la Voluntad del Ser, a la Voluntad de su Mónada particular; y nuestra misma voluntad personal que tenemos, obviamente, debe someterse a esa Voluntad interior profunda que se ha formado gracias al desdoblamiento humano. Entonces, cuando uno se somete a esa Voluntad interior profunda, pues marcha bien, porque esa Voluntad interior profunda a su vez se somete a la autoridad interior del Ser y todo cambia: se multiplica la Sabiduría y el Hombre Exterior, aquí en el mundo tridimensional, trabaja en consonancia con las leyes interiores y con la Voluntad del Ser; ya es algo diferente, ya no es simplemente un robot como las gentes comunes y corrientes, que no son sino robots programados para tal o cual profesión, para tal o cual oficio, etc. 

Así pues que tener Sabiduría es importante, pero nadie podría llegar a tenerla si no ha dado nacimiento al Hombre Interior, si no ha llegado a desdoblarse en dos, si no ha llegado a eliminar de su psiquis los elementos indeseables que allí lleva, puesto que así es como surge la Sapiencia Real, que no es información intelectiva sino conocimiento psicológico y sapiencia. Distíngase entre Sabiduría y conocimiento intelectual, pues son diferentes. 

Juzgo que usted, caro lector (a), va entendiendo cuál era el propósito fundamental del Arte Regio Gnóstico aquí en San Agustín: Dejar a la posteridad una enseñanza dirigida al Hombre Interior. 

Podemos entonces deducir que la Sabiduría no se adquiere con mecanismos intelectuales, sino a base de “Trabajos Conscientes y Padecimientos Voluntarios”. Ninguna información mecánica de tipo intelectual puede transformarnos; solamente pueden transformarnos los esfuerzos conscientes. La Sapiencia, la Auto-Gnosis solo se adquiere desintegrando el Ego, y el Ego se desintegra, a base de “Trabajos Conscientes y Padecimientos Voluntarios”. Esto se aparta de los razonamientos intelectivos, nada tiene que ver con los mecanismos de la mente intelectual. 





sábado, 14 de abril de 2012

Boca Felina: Símbolo de la sombra del Logos


               VISITA A SAN AGUSTÍN (1ª. PARTE)


La humanización del tigre en la estatuaria de San Agustín, es algo que asombra a todo místico. Representa a la sombra del Logos dentro de nosotros mismos, aquí y ahora. Si un árbol tiene sombra, ¿por qué ha de extrañarnos que el Logos tenga su propia sombra? Esa sombra es el Divino Daimón de Sócrates, el Xolotl Náhuatl, conocido como la sombra viviente de Quetzalcóatl; es el Lucifer-Prometeo, del cual se dice que es portador de la luz; la estrella de la mañana (Venus, el Amor); el símbolo viviente de la piedra angular del evangelio Cristico; “la piedra del rincón” de la catedral de Notre-Dame de París; la Piedra Filosofal de los alquimista medievales, en la cual está la clave de todos los poderes, que tomando el aspecto del macho cabrío de Méndez, simboliza a la potencia sexual. 
El V. M. SAMAEL AUN WEOR, dice: “Moisés, al volver del Sinaí, donde había encontrado a Jehová, lleva en la frente dos rayos luminosos en forma de cuernos de macho cabrío, lo que nos indica que había trabajado con la fuerza sexual. Escrito está, y con letras hebraicas, que el Arca de la Alianza llevaba en sus cuatro ángulos cuernos de macho cabrío”.
Por su parte, Isaías, el Profeta, escribe (14: 12-15), sobre la “Sombra del Logos, lo siguiente: “¿Cómo caíste del cielo, lucero brillante, hijo de la aurora? ¿Echado por tierra el dominador de las naciones? Tú, que decías en tu corazón: subiré a los cielos en lo alto; sobre las estrellas de Dios elevaré mi trono. Me instalaré en el monte santo, en las profundidades del Aquilón. Subiré sobre la cumbre de las nubes, y seré igual al Altísimo. Pues bien, al sepulcro has bajado, a las profundidades del abismo”. 
En toda Indo-América la boca felina representa lo mismo: “la Sombra del Logos”. ¿Quién es la Sombra del Logos? Traducido a la época actual del cristianismo, es el mismo Lucifer (luz y fe). Todo auténtico teólogo sabe que “Luz y fe” es la “Sombra del Logos” (de nuestro Dios Intimo) dentro de nosotros, aquí y ahora. Y el Logos, Dios, se desdobla a sí mismo, y ese desdoblamiento es, precisamente, el Xolotl Nahua, el Lucifer cristiano, el jaguar maya. 

El V. M. SAMAEL AUN WEOR, comenta: “Los Padres de la Iglesia: Simeón, Pacomio, Eulogio, Antonio, veían cada cual a su Lucifer particular (pues cada persona tiene el suyo) bajo el aspecto de alguna deliciosa doncella o de algún varón terrible de relucientes cuernos o de un niño con túnica negra”. 

Escuchemos el maravilloso canto de Ezequiel (28: 12-19) a Lucifer-Xolotl: “Eras el sello de la perfección. Lleno de sabiduría y acabado de belleza. Habitabas en el Edén, en el Jardín de Dios. Vestido de todas las preciosidades. El rubí, el topacio, el diamante, el crisolito, el ónice, el berilo, el zafiro, el carbunclo, la esmeralda y el oro te cubrían. Por la muchedumbre de tus contrataciones se llenaron tus estanques de violencia y pecaste y te arrojé del monte santo y te eché de entre los hijos de Dios. El Querube protector te hizo perecer”.
En la Obra de Laurette Sejourne, titulada “El Universo de Quetzalcóatl”, dice: “En Monte Albán este personaje despierta una verdadera afición: La entidad desnuda, con las extremidades contrahechas, la boca felina y una actitud dinámica que singulariza los comienzos de esta ciudad, no pueden representar más que a Xolotl (Lucifer). Su asociación a la vez con el tigre, el fuego, cuyas llamas reemplazan a veces a las partes genitales y el movimiento de caída son pruebas suficientes”. 
Santo Tomás dice de el: “El más alto, el más perfecto de los ángeles, el ángel preferido de Dios”. Dante escribe: “Más noble que criatura alguna y la suma de todas las criaturas”.
Se nos ha informado con gran verdad, que la “Sombra de nuestro Dios Interno”, es el príncipe de la luz y de las tinieblas que tiene potestad absoluta sobre los cielos, la tierra y los infiernos, y que puede conferirnos el poder, la sabiduría y la igualdad divina: “Eritris sicut dei”: “Seréis como Dioses”.
La “Sombra de nuestro Logos Intimo”, subyace en el fondo mismo de nuestros órganos sexuales y tiene que reconciliar a los contrarios: “Coincidentia oppositorum”, y a los hermanos enemigos (Mercurio y Azufre; agua y fuego, elementos primordiales de la Alquimia Sexual; que son los dos colosos de Rodas). 
Los hombres de ciencia que estudian la Alquimia Sexual dicen que esa “Sombra o Reflexión Logoica”, considerada como el Fuego viviente y filosofal de los viejos alquimistas de la edad media, yace latente en el fondo de nuestro sistema seminal aguardando el instante que a través de la Suprasexualidad lo despertemos. Por lo que tenemos que considerar, que no es en modo alguno la “Sombra Logoica” o Xolotl-Lucifer, un agente extraño fuera de nuestra psiquis, o alguien que podemos personificar como generalmente hacen los “ignorantes ilustrados”, al contrario, se encuentra dentro de nuestro “fondo íntimo particular”, y así lo expresan los monumentos agustinianos, que lo resaltan por medio de la alegoría de la boca felina. 
En verdad, nosotros podemos poner resistencia a este símbolo que descubrimos en muchos centros culturales de Indo-América, debido a nuestro condicionamiento religioso, pero esto es “vano somatén, rebato, alboroto, el de ciertas cofradías que propagan por aquí, por allá y acullá, necias infundías difamantes contra el “Chinoupes Solar Gnóstico, el Resplandeciente Dragón, Christos, Agathodaemon. La Serpiente del Génesis, el Lucifer Náhuatl”, nos explica el V. M. SAMAEL AUN WEOR; y prosigue: “Malmirado, malquisto Xolotl-Lucifer por aquellos intonsos dechados de sabiduría, que repudiando al Espíritu que vivifica, han interpretado la alegoría de la Guerra en los cielos y la lucha de Miguel contra el Dragón a la letra muerta sin comprender su honda significación. Cruzada, refriega celeste que, incuestionablemente se debe procesar en el fondo vivo de nuestra propia conciencia; lucha heroica contra las pasiones animales (Contra el “Yo” pluralizado o los pecados, siendo las cabezas de legión el orgullo, la pereza, la gula, la lujuria, la envidia, la codicia, la ira) que llevamos dentro, personificadas en el Mí Mismo, en el Sí Mismo)”.
Para no fracasar nosotros en la presente existencia, “nuestro Real Ser interior profundo, tiene que matar al Dragón” (Lucifer), nos dicen las enseñanzas hinduista; ¿qué significa matar al Dragón? Expresa haber salido victorioso de todas las tentaciones puestas por Xolotl-Lucifer-Prometeo; esto nos lleva a que nos preguntemos muy seriamente: ¿Es la “Sombra de nuestro Logos Intimo, Xolotl-Lucifer, el Dragón o como se le quiera llamar, el entrenador psicológico en el gimnasio de nuestra vida práctica? 
En sus explicaciones teologales, el Padre de la Antropología Gnóstica, nos indica que la “Sombra de nuestro Dios Interno”, es nuestro “ayo, educador, mentor”; que tomando el papel de nuestro entrenador psicológico, para ayudarnos en nuestra lucha contra nuestras deyecciones psíquicas, nos coloca las tentaciones. Hay un postulado que dice: “La tentación es fuego: y el triunfo sobre la tentación es luz”. 
“Existe en la tentación luciferina didáctica inimitable, pedagogía portentosa, atracción que asombra, incentivo inconfundible, instigación oculta con propósitos divinales secretos, seducción, fascinación”, explica el V. M. SAMAEL AUN WEOR. De esto podemos colegir que dentro de nuestras hondas intimidades espirituales, cuando anhelamos la liberación o la salvación de nuestra alma, debemos luchar contra nuestra propia “Sombra” y sus huestes tenebrosas, que son los defectos de tipo psicológico que cargamos en nuestra forma de pensar y sentir, o psiquis, si es que en verdad aspiramos convertirnos en “Hijos de la Sabiduría”, en verídicos “Hijos de Dioses”, con alma inmortal. 
San Agustín nos muestra por medio de sus estelas, que en Indo-América se conoció el “modus operandi” por medio del cual, el “Padre que está en medio de nosotros” debe extirpar al “Demonio Serpiente”, mencionado en el Génesis Hebraico, a nuestra “Sombra” o Lucifer-Xolotl, para que se convierta en el "Conductor de la Hueste celestial”. 
“Blanquea al latón y quema tus libros”: está escrito en los libros de los mejores autores de Alquimia medieval. Esta expresión, sabiamente traducida, significa que debemos practicar Suprasexualidad para conquistar la castidad científica, y aniquilar radicalmente el Ego animal, que está constituido por ese sinnúmero de elementos inhumanos, sintetizados en los “Siete Pecados Capitales”. 
En el México antiguo se dice que Quetzalcóatl (el Cristo mexicano) resurrecto después de haber "blanqueado al latón", se convierte en el “Lucero de la mañana”. Y eso nos hace recordar al Apocalipsis de San Juan cuando dice: “Al que venciere y guardare mis obras hasta el fin, yo le daré autoridad sobre las naciones. Y las regirá con vara de hierro, y serán quebradas como a vaso de alfarero; como yo también la he recibido de mi Padre. Y le daré la estrella de la mañana. El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las Iglesias”: (Apocalipsis, 2: 26-29).
El V. M. SAMAEL AUN WEOR, nos dice: “Bel y el Dragón, Quetzalcóatl y Xolotl, Apolo y Pitón, Krishna y Kaliya, Osiris y Tifón, Miguel y el Dragón Rojo, San Jorge y su Dragón, siempre son el Logos Particular Divinal en cada uno de nosotros y su doble proyectado en nuestra psiquis para nuestro bien”. 
“No está de más afirmar, en forma enfática y con plena lucidez, que matar al Dragón Venus-Lucifer-Xolotl equivale a convertirnos en hijos del mismo, esto es recibir a la Estrella de la mañana”. 

Es bien conocido que los dragones fueron tenidos en toda la antigüedad como símbolos de la Eternidad y de la Sabiduría. En las enseñanzas secretas de las antiguas civilizaciones de Egipto, Babilonia y de la India, a los Hierofantes se les daban generalmente el nombre de “Hijos del Dragón y de las Serpientes”, corroborando así las enseñanzas del Gnosticismo Universal, que explican que con la muerte radical del pecado o “Yo” psicológico pluralizado, se encarna la sagrada Gnosis o Sabiduría divina. 
Incuestionablemente, la muerte del “Mí Mismo” o pecado (El Ego) es requisito indispensable para la resurrección esotérica que ha de realizarse, aquí y ahora, mediante la Alquimia sexual. Esto es confirmado por 1 Corintios, 15: 53-55, cuando nos dice: “Porque es necesario que esto corruptible se vista de incorrupción, y esto mortal se vista de inmortalidad. Y cuando esto corruptible se haya vestido de incorrupción y esto mortal se haya vestido de inmortalidad, entonces se cumplirá la palabra que está escrita: Sorbida es la muerte con victoria. ¿Dónde está, ¡oh muerte! tu aguijón? ¿Dónde, ¡oh sepulcro!, tu victoria?”.
Así, pues, cada uno de nosotros, de manera particular, y nuestro Doble, deben extirpar el Ego, el “Yo” de la psicología experimental, en las profundidades terrestres, en el Infierno Dantesco, en la terrible morada de Plutón, cuando anhelamos resucitar de entre los muertos.
Escrito esta, que “Quien quiera subir debe primero bajar”; y “A toda exaltación le precede una humillación”. Esto significa que debemos descender a la Novena Esfera; acto que desde los antiguos tiempos, fue siempre la prueba máxima para la suprema dignidad del Hierofante, entre los que podemos citar a Jesús, Buda, Hermes, Quetzalcóatl, pasaron por esa terrible prueba. Allí baja Marte para retemplar la espada y conquistar el corazón de Venus (el Amor), Hércules para limpiar los establos de Augias (de impurezas o “Yoes”) y Perseo para cortar la cabeza de Medusa (el Ego animal).
El V. M. SAMAEL AUN WEOR, indica; “Xolotl-Lucifer, como arquetipo del penitente y con el cinto de la castidad, convertido en anacoreta, hace luz en las tinieblas y aclara todo el esoterismo Crístico. Xolotl-Lucifer, en posesión de los restos que habrá de resucitar, nos indica la necesidad de morir (eliminar el Ego) para ser. La didáctica excitante y seductora de Xolotl-Lucifer, inteligentemente aprovechada, hace posible la resurrección mágica. “La tentación es fuego. El triunfo sobre la tentación es Luz”. Eliminar los elementos indeseables que cargamos dentro es urgente, inaplazable, impostergable”. 
“De manera pues, que quienes piensan que Lucifer es el enemigo del Eterno, están muy equivocados. Y quienes lo pintan dogmáticamente como un demonio terrible, sentado en un trono de ignominia y blasfemia, con un tridente de hierro en su mano derecha dominado al mundo, están también equivocados”. 
“Realmente el Xolotl, el Lucifer, el jaguar, el tigre, a quien representan es al Lucifer particular, individual. Cada cual tiene el suyo en el fondo mismo de su conciencia, y de acuerdo al grado de purificación en la eliminación de los agregados psicológicos así lo verá”. 
Esto quiere decir que entre más errores, defectos o vicios psicológicos tengamos, más horrible y espantoso lo veremos en nuestro espacio interior. Y entre más limpios y puros seamos psicológicamente, pues más radiante lo veremos. 

jueves, 12 de abril de 2012

Las orejeras: Símbolo del saber escuchar

 
                 VISITA A SAN AGUSTIN (1ª. PARTE)



Discurramos ahora sobre las orejeras, símbolo enigmático que aparece sutilmente en el fondo emblemático y antropológico de la mayoría de las esculturas de San Agustín, lo mismo que en las estelas de Copán, México, Perú, Bolivia, y tantas otras que encontramos en Oriente, que indican, con grandes pendientes como aretes, la necesidad de saber escuchar, de poner atención a la Sabiduría.
Una cosa es hablar y otra escuchar. Si no sabemos escuchar, no obtendremos el verdadero conocimiento. Pa­ra saber escuchar, se necesita estar alertas y vigilantes, estar conscientes, o sea, se necesita que haya un ple­no equilibrio entre el saber y el comprender, o entre el conocimiento y el Ser. Una cosa es escuchar y otra cosa es hablar. Educar la palabra es conveniente, pero se hace indispensable saber escuchar, poner atención a la ciencia de saber escuchar. 
El V. M. SAMAEL AUN WEOR, dice “Muy raros en verdad son los que saben escuchar. Por lo común, cuando alguien escucha no escucha, porque su “Yo”, su Ego, traduce todo lo que escucha a su propio lenguaje, a su propia idiosincrasia psicológica, dentro de su criterio y total, no escucha. La gente, para poder aprender a escuchar, debe ante todo despertar la Conciencia. ¿Cómo podría escuchar psicológicamente, alguien que tiene la Conciencia dormida? Para saber escuchar hay que estar presente, y me pregunto a mí mismo y pregunto a ustedes: ¿están seguros, los que están aquí, que a estas horas en que les platico, no deambulan por su casa, por su taller, o en el campo, o en algún lugar de sus afectos? Siempre vemos a las personas sentadas, aparentemente escuchando, pero, ¿cómo podría escuchar el que no está dentro de sí mismo?” 
“Por lo común, cuando uno habla de Gnosis, aquellos que aparentemente escuchan no escuchan, huyen despavoridos, van de aquí para allá y de allá para acá, viajan por la ciudad psicológica interior (recordemos que dentro de cada uno de nosotros hay un país psicológico, una ciudad psicológica. Una cosa es un lugar del mundo físico y otra cosa es el lugar psicológico donde nosotros estamos ubicados). Esos que están llenos de orgullo, de autosuficiencia; esos que están rellenos de teorías, ¿cree usted que se encuentran en el estado preciso para poder recibir la palabra (las Gnosis)?” 
“Ante todo, tenemos que reco­nocer nuestra propia nadidad y miseria interior, antes de poder recibir el alimento de la palabra, y no es posible recibir ese alimento si no sabemos escuchar. Miremos, por ejemplo, si antes hemos escuchado una palabra (y tal vez miles y hasta millones de veces), creemos que la hemos escuchado, pero en realidad de verdad no hemos escuchado esa palabra. Cualquier día de esos tantos, la volvemos a oír y nos “cae como si fuera nueva”. Pero si la hemos escuchado miles de veces, ¿por qué nos “cae como nueva”? Porque siempre la hemos escucha­do con la Conciencia dormida y un día cualquiera tuvi­mos la suerte de escucharla con la Conciencia des­pierta, y la oímos como algo nueva.
“¡Vean ustedes cuán difícil es saber escuchar, vean uste­des cuán trabajoso es! Se necesita ante todo ser conscientes, si es que queremos saber escuchar”.
En el budismo se dice que “nosotros debemos tener la "escudilla" del Buda hacia arriba para recibir la palabra”. Pero nosotros, en vez de hacer eso, colocamos la "escudilla" hacia abajo. Se necesitaría reconocer, pues, nuestra propia nadidad y miseria interior para que quedara en la "escudilla” un lugar para la palabra. Pero, en tanto estemos llenos de sí mismos, ¿cómo po­dría la palabra entrar en nosotros? O en otros términos, ¿cómo podríamos aprender a escuchar desde el punto de vista psicológico? Porque saber escuchar físicamente, es cosa relativamente fácil, pero psicológicamente, ¡cuán difí­cil es saber escuchar! 
Hay que estar en actitud receptiva, con la "escudilla" ha­cia arriba aguardando la palabra o el alimento, pero si la "escudilla", hablando al estilo búdico, está hacia abajo, ¿cómo puede entrar el alimento en nosotros, cómo podríamos recibirlo, cómo podríamos escuchar la palabra que vivifica? Así pues, los oídos, psicológicamente, la forma en que es presentada en estas esculturas, indica el Verbo, la Palabra.
Es muy interesante detenernos un momento en la estela donde encontramos, en el lugar del oído, una especie de signo, oculto para las miradas profanas y profanadoras. Esto en silencio nos dice que solo debemos escuchar las palabras que vivifican al Espíritu Intimo de cada uno de nosotros. Un ejemplo extraordinario de esta lección la encontramos en “Dialogo” de Platón, que dice:
¿Te has enterado, Sócrates...?
-Un momento, amigo, interrumpió el filósofo. ¿Seguro que todo lo que vas a contarme es cierto? 
-No; pero me lo contaron otros.
-Entonces no valdría la pena repetirlo, a menos que se tratara de algo bueno... ¿Satisface los criterios de la Bondad?
-No: todo lo contrario... 
-¡Ah! Y dime: ¿Es necesario que lo sepa yo para evitar el mal de otros?
-Realmente No.
-Bien, en tal caso (concluyó Sócrates) olvidémoslo, ¡Hay en la vida tantas cosas que valen la pena! ¿Para qué molestarnos con algo tan despreciable, que ni es verdad, ni bueno, ni útil?
Este símbolo de las orejeras nos indica que una de las cosas más difíciles es sabernos comunicar con la divinidad, con Dios. Entre nosotros, los seres humanos debe haber comunicación verbal, eso es obvio, pero existe un plano más profundo de comunicación, en el cual no hay únicamente comunicación verbal, sino comunión, donde ambos (usted y yo) nos encontramos en el mismo nivel, con la misma intensidad, con la misma plenitud. Es sólo entonces cuando hay comunión, que es algo mucho más importante que la mera comunicación verbal. Y si hablamos de algo más bien complejo para el mero entendimiento, que toca muy profundamente nuestra vida cotidiana, tiene que haber no sólo comunicación verbal, sino también comunión. 
En última síntesis, a través del Arte Regio los creadores de estas esfinges nos invitan a volvernos receptivo al Ser, y eso es lo fundamental. Para alcanzar tal resultado, la personalidad (que es todo aquello que nosotros hemos recibido por medio de la educación en la casa, en la escuela, en el medio cultural, religioso, es decir, eso que hemos adquirido) debe volverse cada vez más pasiva y recep­tiva a la palabra que viene de arriba, de lo alto; esa palabra viene a través de los Centros Superiores del Ser (el Emocional Superior y el Intelectual Superior) y llega. Pero si no somos receptivos, si no apren­demos a relajarnos, si nos olvidamos de sí mismos, ¿cómo podremos recibir los mensajes que vienen a tra­vés de los Centros Superiores del Ser? ¿De qué manera? 
El V. M. SAMAEL AUN WEOR, dice: “Los hermanos deben comprender esto: hay que ser un receptáculo, volvernos receptivos, aprender a recibir la palabra (las enseñanzas gnósticas), captar su honda significación (eso es funda­mental). Diariamente, debemos relajarnos y recordarnos a sí mismos, a nuestro propio Ser. Así avanzaremos triunfantes”. 
“Hay también gentes que están muy llenas de sí mis­mas; esas gentes no quieren escuchar la palabra (no quieren escuchar la enseñanza gnóstica), no tienen un lugar vacío, un puestecito para nuestra palabra (para la Gnosis, para la Sabiduría). Están muy llenas de sí mismas: de sus engreimien­tos, de sus orgullos, de sus vanidades, de sus teo­rías, etc., y entonces la palabra (el conocimiento gnóstico) no tiene dónde entrar. ¿Dónde entraría, si esas gentes están llenas de sí mismas?” (Dogmas, creencias, artículos de fe inquebrantable, supuestos mentales, teorías, etc., etc.) 
“Recordemos aquélla tentación de Jesús, en el desierto, cuando Satán le decía: "Todos estos reinos del mundo te los entregaré si te arrodillas y me adoras" (he allí la tentación). Se le pedía a Jesús El Cristo que colocara la “escudilla” boca abajo, que no la colocara hacia arriba (para recibir la palabra interior que viene de lo alto), sino que la colocara hacia abajo para escuchar las cosas externas, para escuchar, pues, el mundo de los sentidos externos”. 
“De manera que Jesús no cayó. ¿Por qué el Gran Kabir no cayó? Porque Él estaba siempre alerta y vigilante, como el vigía en época de guerra, tenía la "escudilla" hacia arriba, no hacia abajo, estaba aguardando recibir la palabra. Pero si Él hubiera caído en tentación, es decir, si hubiera colocado la “escudilla” hacia abajo, habría escuchado palabras externas, cosas que vienen de afuera, cosas de mundo, no habría sido capaz de escuchar psicológicamente”.
“Sí, mis queridos hermanos, nosotros tenemos que volvernos cada vez más receptivos a la palabra (a la enseñanza gnóstica), debemos aprender a escuchar psicológicamente (cerrar nuestros oídos a las cosas frívolas del mundo, a las creencias). Mas repito: ¿cómo se podría escuchar si estamos fuera de casa (fuera de nuestro Templo Interior)?”
“Hay necesidad de aprender a recordarse a sí mismo y relajar el cuerpo. Yo lo hago continuamen­te, todos los días: el recuerdo de mí mismo y relajarme el cuerpo, ya sea en una cama o donde sea. Eso es indis­pensable: ir día a día recordándonos cada vez más y más de sí mismos, es decir, de nuestro propio Ser. Por olvido del Ser, en realidad de verdad las gentes co­meten muchos errores y tienen tantas teorías equivocadas. Si Laplace (verbigracia), el gran astrónomo y matemático francés, no se hubiera olvidado de sí mismo, de su pro­pio Ser, no habría concebido jamás en su mente esa teoría (la famosa teoría de Laplace), esa teoría falsa, absurda, completamente absurda”. 
“Si uno escucha, si aprende a escuchar en estado de alerta percepción, de alerta novedad, llega uno tam­bién a reconocer realmente, viene a descubrir, por tal motivo, que es un cuitado, un desnudo, miserable y hambriento. Queda, pues, un lugar vacío para que la palabra (la enseñanza gnóstica) pueda entrar allí. Pero mientras uno se sienta lleno, mientras se sienta engreído, mientras se sienta satisfecho con todos esos Egos, ¿cómo va a recibir la palabra, si no hay un lugar vacío dentro de la persona, para que la palabra pueda almacenarse allí?”. 

martes, 10 de abril de 2012

VISITA A SAN AGUSTIN (1ª. PARTE),


La mitra:  Símbolo del Fuego Sagrado, del Sacerdocio Solar 


La gran mayoría de esculturas de San Agustín llevan mitra (gorro, turbante, penacho, como suelen decirle los ínclitos guías de los parques arqueológicos en ese fastuoso lugar). La mitra también la encontramos de manera exuberante en los monumentos de los diferentes sitios arqueológicos de Indo América, como México, Guatemala, Honduras, Perú, Bolivia; lo mismo que en Asia, Europa, África, etc., etc. Esas figuras pétreas con esos ornamentos se ven imponentes, maravillosas, majestuosas, grandiosas, solemnes, regias…
¿Qué significa la mitra? El V. M. SAMAEL AUN WEOR, padre de la Antropología Gnóstica Psico-analítica, dice: “La mitra lleva las características del verdadero sacerdocio”.
Si indagamos con tesón de clérigo aquí, allá y acullá, sobre el hondo significado de ser sacerdote en Indo América, encontramos en sus conocimientos secretos o psicológicos, que para serlo, en el sentido exacto del término, debía conocer y ejercitar los profundos Misterios del sexo; arcanos que se practicaron en estos centros culturales y espirituales; y lo importante es que dentro de tales Misterios, el objetivo primordial era avivar el Fuego Sagrado del Espíritu de Dios que yace en potencia en la fuerza sexual.
En nuestras indagaciones venimos a hallar que existe en las culturas tanto orientales como occidentales una misma idea: el Advenimiento del Fuego en el corazón de un Hombre es el evento cósmico más extraordinario que se puede recibir, pues “el fuego es quien transforma radicalmente la psiquis de todo ser humano, es el único que puede llevarnos a trasmutar “el plomo de la personalidad en el oro del espíritu”.
Al respecto, el V. M. SAMAEL AUN WEOR, dice: “Es útil recordar el Caos de los antiguos; el Fuego Sagrado de Zoroastro; o el Atash-behran de los parsis; el fuego de Hermes ; el fuego de Helmes, de los antiguos germanos (no se confunda a Hermes con Helmes); recordemos el relámpago fulgurante de las Cibeles; la antorcha de Apolo; la llama del altar de Pan; el fuego inextinguible en el Templo de la Acrópolis y en el de Vesta; la llama de fuego del yelmo de Plutón; las lenguas de fuego de Pentecostés (el Fuego Sagrado del Sacratísimo Espíritu Santo); la zarza flamígera de Moisés, idéntica al tunal ardiendo de la fundación de México; la columna de fuego del Éxodo; la lámpara inextinguible de Abraham; y de tantos otros…”
Y no está de más recordar que San Pablo nos dice: “Nuestro Dios es un Fuego devorador”. 
Hoy conocemos por nuestras investigaciones, que en las Escuelas secretas, tanto de Oriente como en Indo América se enseñaban siempre silenciosamente los Misterios sexuales. Los Misterios sexuales instituyeron la síntesis de todas las religiones solares. En el amanecer de Indo América existieron poderosas civilizaciones como la Inca, Los Mayas, Los Aztecas, etc., y excelsos Misterios que tuvieron como origen la sexualidad trascendente y trascendental; por eso vemos en sus cultos la mezcla de lo místico con lo sexual, lo erótico con lo religioso. 
Lo escondido en la práctica de la sexualidad trascendente y trascendental se halla en la unión del Phalo y del Útero sin derramar siquiera una gota de “Ens Seminis”. Lo importante consiste en conectarse sexualmente el varón y la mujer, y retirarse él de ella, y ella de él antes del espasmo o del orgasmo para evitar la pérdida de las secreciones sexuales. Esta es la misma clave que todavía utiliza la Alquimia sexual para transmutar el agua (“Ens Seminis” o Mercurio) en vino (Fuego o Azufre). Para tener una idea del conocimiento que tenían al respecto los escultores de San Agustín, encontramos que el primer milagro que realiza el Gran Kabir Jesús de Nazareth, es transformar el agua en vino, y precisamente en una Fiesta de bodas. ¡Que maravillosa enseñanza se guarda en esos sagrados versículos bíblicos!
Así, de esta manera se llegaba al auténtico sacerdocio, del cual dice Pablo de Tarso en su Epístola a los Hebreos (5: 6) lo siguiente: "Tú eres sacerdote eternamente, según el Orden de Melquisedec". “Tenemos, pues, que el sacerdocio del Cristo se basa en el Orden de Melquisedec -nos dice el V. M. SAMAEL AUN WEOR- pero descorrer la sabiduría de Melquisedec ante las atónitas miradas de millones de seres humanos para enseñarles los santos Misterios del sexo, nos exponemos a que nos consideren malvados. Ese sacerdocio de Melquisedec: es la Sabiduría del Cristo. Es el Misterio del Sexo”.
La mitra en las esculturas, tanto de San Agustín como en toda Indo América, Occidente y Oriente del mundo, siempre ha representado al Logos; y el hecho que algunas figuras la tengan, indica claramente el perfil de un Gran Sacerdote, pues no es posible concebir una criatura lunar (un muerto viviente, alguien que no tenga alma humana) con mitra.
¿Qué es el Logos? Para capturar el hondo significado del Logos, veamos la explicación que nos a el Padre de la Antropología Gnóstica: “INRI: Ignis Natura Renovatur Integram. No olviden pues, lo que es el fuego. Crestos es el fuego del fuego, la llama de la llama, la signatura astral del fuego. ¿Quién conoce el Misterio del Fuego? ¿Quién lo ha revelado? Realmente, el fuego es algo que continúa siendo un enigma. Si nosotros rastrillamos un cerillo, con el frotamiento veremos el fuego. Muchos dirán: "¡Producto de la combustión!" (No es eso). ¿Quién hizo mover el cerillo? Fue necesario que tuviéramos fuego en la sangre, en las venas (energía) para que el cerillo pudiera ser rastrillado, frotado; entonces apareció el fuego. ¿Producto de la combustión? ¡Absurdo! Al contrario, la combustión es un producto del fuego (allí estaba encerrado, latente); bastó que se le quitara la envoltura en que estaba para que surgiera”.
“No tiene un principio, no tiene un fin. Las criaturas (seres humanos, etc.) vienen al mundo por el fuego y se van, termina la vida, cuando cesa el fuego. Se desenvuelven, se reproducen por el fuego; dejan de existir cuando el fuego se retira. La Esencia o Conciencia que en nuestro interior cargamos (enfrascada, desgraciadamente, entre tantos elementos psíquicos indeseables), es fuego vivo. Cuando los distintos ingredientes del Ego entre los cuales se haya enfrascada son destruidos, queda en nuestro interior la Esencia o Conciencia libre, convertida en fuego viviente (ese fuego es el fuego del Crestos, del Logos)”. 
“La signatura astral del fuego es lo que cuenta, y ese es el Crestos. Si golpeamos a una roca con un eslabón, veremos saltar el fuego (allí está el fuego vivo). Es el Logos, El Crestos; El Crestos está crucificado en esta gran creación. Es el fuego, el fuego cósmico; pero no el fuego común y corriente, sino el fuego del fuego, la llama de la llama, la signatura astral del fuego. Ese fuego arde, incesantemente, en todo lo que es, en todo lo que ha sido, en todo lo que será (es el INRI)”. 
“Mucho se ha hablado sobre el Cristo; se han escrito enormes volúmenes, tratando de explicar al Cristo, y la Gnosis lo explica con cuatro letras que ven ustedes ahí, sobre la cruz: INRI. Eso es El Cristo: INRI, es decir, fuego, fuego solar, fuego que arde en toda la creación”. 
Por eso dice la Biblia que “el Verbo (la Palabra) se hizo carne y habitó entre nosotros”; y el Evangelio según San Juan, dice: “En el principio existía el verbo y el verbo estaba con Dios, y el verbo era Dios. Él estaba en el principio con Dios. Todo se hizo por él y sin él no se hizo nada de cuanto existe”. El verbo, la palabra encarnada es el Logos; y el Logos es el Crestos Cósmico, es el Superhombre terriblemente divino; es un Platón enseñándonos la doctrina del Verbo en su maravilloso “Diálogo”; es un Hermes Trismegisto, el tres veces grande Dios Ibis de Toth, diciéndonos “Te doy amor donde está contenido el súmmum de la sabiduría”; es un Quetzalcóatl, que hace estremecer a los Náhuatl; es un Jesús de Nazaret entregándonos el Drama Cósmico, plasmado en los cuatro evangelios canónigos para señalarnos el camino de la Auto-realización íntima del Ser; es un Manco Capac, que en la tierra de los Incas origina la gran tempestad de todos los ideales, y también la fuerza que lleva su mensaje por los países del Sur. 
Lamentablemente, las gentes tienen la tendencia de mirar al sexo como algo sucio y horriblemente pasionario. Las culturas Indo americanas se inclinan reverentes ante los Misterios Gnósticos del Sexo, porque consideran que el sexo es una función sagrada que nos convierte en auténticos sacerdotes. Todo real sacerdote según la “Orden de Melquisedec” sabe que las aguas de vida (Semen Cristónico) son el habitáculo del Fuego. Conoce además que toda la Fuerza del Logos reside entre la semilla vegetal, animal y humana; y que por lo tanto, el sexo es una fuerza santa que no debe ser profanado por la fornicación o eyaculación de la simiente...
Sin duda alguna, en este escenario del Planeta, conocido hoy como San Agustín, se vivió el sublime esoterismo del Cristo y estas esculturas señalan que aquí existió un pueblo que alcanzó la suficiente madurez espiritual, condición requerida para poder justipreciar y vivir en forma práctica la “Doctrina del Fuego”, sin temores ni complicaciones de ninguna especie. Esta es la misma doctrina que en otros tiempos floreció en Palestina, Grecia, Egipto, Babilonia, etc. Ha llegado la hora de comprender que en San Agustín, palpitó la sabiduría oculta, que es sabiduría espiritual, Luz que guía al Alma.
“Existe una gran diferencia entre la Antropología Materialista y la Antropología Gnóstica –dice el V. M. SAMAEL AUN WEOR-. La Antropología Materialista, mediante asociaciones de tipo intelectivo, saca deducciones lógicas que pueden no estar de acuerdo, en realidad de verdad, con los principios esoteristas de Anáhuac, o de los Toltecas, o del Egipto, etc. Pero la sabiduría gnóstica, la Antropología Gnóstica, basada en reglas precisas y en principios tradicionales eternos, sabe extraer de las piedras arcaicas toda la sapiencia esotérica. Así pues, debemos diferenciar entre la Antropología Gnóstica y la Antropología Materialista”. 
La Antropología Gnóstica ahonda en la sabiduría del pasado, sabe extraer de muchos códices la orientación precisa, para guiarnos en el momento presente; bebe en la fuente tradicional de la augusta sabiduría de la naturaleza, busca los primeros cauces de la sapiencia cósmica. Y eso es lo que hemos hecho en San Agustín: estudiar estos clásicos libros de piedra, pero con ojo avizor, sabiendo sacar de entre "la letra que mata", el "espíritu que da vida". 
San Agustín nos ofrece el gran secreto de la vida: Y quien estudie este Cuaderno de formación cultural gnóstica, podrá verificar que la reacción interna de nuestra psiquis no se hace esperar, entablándose una lucha entre la luz y las tinieblas; librándose una dura batalla entre a fantasía y la realidad; y es que el Anticristo (íntimo) se revolcará dentro del lector, pues, presiente el peligro de perecer y lucha por entorpecer los primeros destellos de luz que se presentan al ir estudiando el contenido de esta estatuaria… Pero si prevalece el corazón y se disipan las tinieblas, la luz interna entrará en actividad, pues echará por tierra los moldes pseudo-espirituales establecidos y arraigados por la mente humana. Y debemos hacer la diferenciación entre la mente humana, que es la mente del “animal intelectual” y la Mente-Cristo, que es la Mente Solar del Hombre Real. 
El sacerdocio de Melquisedec es la sabiduría del Cristo. Y esa sabiduría encierra los misterios sexuales. “Tú eres sacerdote para siempre según el orden de Melquisedec”, nos dice san Pablo. Sin embargo, debemos reconocer que hay muchos ignorantes ilustrados, que ignoran que ignoran, hablando socráticamente, que creen imposible realizar en sí mismos el milagro del Advenimiento del Fuego. 
En el Advenimiento del Fuego se halla la clave de nuestra redención. El agua es el habitáculo del fuego, y si derramamos esa agua, (“Ens Seminis”) perdemos el Fuego (Fuerza Crística), es como si arrancáramos las semillas de la tierra, entonces no brotarían las plantas, de igual forma, si arrancamos las semillas –el “Ens Seminis”- de nuestra tierra filosófica (cuerpo físico), es decir, eyaculándola, es decir, entonces no brota en nosotros el Maestro Interno. 
Los Misterios sexuales son el Gran Arcano o el Arca de Noé, el Arca de la Alianza. Cuando los soldados de Nabucodonosor entraron en el Sanctum Sanctorum del Templo de Salomón se quedaron aterrorizados al contemplar los dos Querubines que tocándose con las puntas de las dos alas, semejaban la actitud sexual del hombre con la mujer, durante la cópula. Y protestaron preguntando: ¿Ese es el dios que vosotros adoráis? 
Cada una de estas estelas de San Agustín, es un libro de piedra que habla por sí mismo de la grandeza del Conocimiento Crístico. Infortunadamente, cuando se habla a las multitudes, cuando se les declara el crudo realismo del Cristo de inmediato recibe calificativos como los siguientes: blasfemo, hereje, malvado, profanador, sacrílego, etc. Así son las multitudes, siempre inconscientes; siempre dormidas. Ahora comprenderemos por qué el Cristo crucificado en el Gólgota exclama con todas las fuerzas de su alma: ¡Padre mío perdónalos porque no saben lo que hacen! 
Obviamente las gentes inconscientes y dormidas solo quieren un Cristo histórico, antropomórfico, de estatuas y dogmas inquebrantables, al cual puedan acomodar fácilmente todos sus códigos de moral torpe y rancia y todos sus prejuicios y condiciones. ¡Las gentes no pueden concebir jamás al Cristo Intimo en el corazón del hombre; las multitudes solo adoran al Cristo estatua y eso es todo! En San Agustín se practico un cristianismo esotérico, un cristianismo vivo, no un cristianismo muerto, sino un Cristianismo Gnóstico que puede transformarnos radicalmente.

sábado, 7 de abril de 2012

Introito


San Agustín se encuentra ubicado a 1.700 metros sobre el nivel del mar (Departamento del Huila); su clima templado-frío, ofrece una agradable temperatura promedio de 18º C. Esta zona arqueológica está ubicada en las estribaciones orientales del Macizo Colombiano, en la región del Alto Magdalena. El territorio está enmarcado por ondulaciones montañosas y cañones profundos por donde corren ciertos ríos de medio caudal que son afluentes del Río Magdalena, río, éste, que se constituyó en la médula de muchos grupos autóctonos, gracias al simbolismo que representó para estas etnias.
   
         Los vestigios del Parque Arqueológico de San Agustín se encuentran dispersos en una amplia extensión del departamento, y los sitios principales entre otros son: La Piedra, El Batán, La Estrella, El Tablón, La Parada, El Cabuyal, Quebradillas, Ullumbre, Matanza, el Vegón, El Purutal, Quinchanalos, El Cerro de la Pelota, Altos de los Ídolos, Lavaderos, Las Guacas.
         El pasado mes de diciembre (año de 2010), y durante el mes de abril del presente año (2011), una parte del equipo de estudiosos de la Antropología Gnóstica, de la ACEGAPC. A. C., hizo una visita a este Parque Arqueológico; lo primero que impresionó a este conjunto de seres estudiosos, en cuanto a su estilo estatuario, es que ofrece en su profundidad artística un sentido gnóstico que escapa a la interpretación literal y que jamás tendrá un valor explicativo de índole intelectual materialista.
         El racionalismo de la Antropología Oficial que ha pretendido estudiar esta estatuaria, en vez de enriquecer el conocimiento sobre ésta, lo ha empobrecido, pues estos estudiosos desconocen absolutamente que estas esculturas se orientan a entregar una enseñanza del Ser Íntimo: es la Técnica Regia u Objetiva Gnóstica que transmite una serie de Ideas Solares portentosas, y mediante símbolos con profundidad psicológica, en silencio dicen mucho; bien saben los Divinos y los Hombres reales que “el silencio es la elocuencia de la sabiduría”.
         Gracias a los principios antropológicos gnósticos, el mencionado equipo, fue develando la significación oculta de cada una de estas estelas de la que ha sido considerada por muchos Adeptos Gnósticos, como uno de los libros que hacen parte de la Biblia del Arte Transmutatorio. Estas esculturas nos trasladan en un viaje asombroso por el universo inagotable de los Arquetipos Gnósticos Eternos, que son el origen primitivo de todas las religiones del pasado, que como dijera el discípulo de Freud, Carl G. Jung, “…Están depositados en el incon­sciente colectivo de la humanidad desde la noche de los tiempos, creando y determinando conductas sociales con tintes religiosos o místicos en los diferentes pueblos de nuestro mundo…”.
         Este grupo de estudiosos de la Antropología Gnóstica, lograron en su visita, sintetizar el alcance de estos arquetipos eternos gracias a la Gnosis milenaria que les ha servido de vehículo. Alcanzando a develarnos los prototipos simbólicos que encierran en su mutismo formidables verdades eternas, considerando que San Agustín, hace parte de la llave maestra del conocimiento trascendental diseminado por aquí, por allá y acullá, pero oculto al discurso subjetivo del “científico intelectual”.
         En el Arte Gnóstico de San Agustín hallamos una didáctica que señala la metamorfosis de la personalidad humana en el oro del Espíritu. El Arte Gnóstico manifiesta una realidad extraordinaria, pues encierra el discernimiento de la verdadera naturaleza de las cosas y, en tal sentido, nos puede orientar hacia la posibilidad de cambiar dichas naturalezas por otras de índole superior.
         Nadie, hoy en día, que se haya asomado a la ventana del Arte Real ignorará que el Centro Arqueológico de San Agustín es uno de los más exaltados centros culturales que se conocen en la historia de Indo América y en el cual, encontramos una simbiosis esplendorosa de la filosofía sempiterna del Ser, con la ciencia pura, o la Ciencia Crística, y la religión solar emanada de la Conciencia Objetiva del Ser; gracias a la Ciencia Gnóstica, el paciente lector podrá conocer muchos de los secretos o misterios esotéricos que indican que la estatuaria de San Agustín fue erigida por artífices que conocían las facultades trascendentales de la Conciencia, de aquí el motivo que ésta sea tan solemne.
         Para muchos, las estelas de San Agustín es algo que nuestras etnias Indo Americanas levantaron sórdidamente. Para el equipo de estudiosos de la Antropología Gnóstica, los artistas edificadores de estas grandes obras, nunca crearon formas sin sentido. Conocían estos hombres la “Ciencia Transmutatoria”, que es el “modus operandi” de convertir la entidad seminal en energía creadora dentro del “laboratorium” humano. Bien sabían que la religión es el proceso psicológico de religar o volver unir el alma con Dios, mediante la desintegración del Ego animal; que el Ser en sí mismo es la única existencia real, y que la mente lunar con todo su séquito de errores o pecados, es mera idolatría condenada a la “muerte segunda”; que la naturaleza tiene su parte espiritual y conocían sus diversas formas de manifestación...
         No exageramos en modo alguno, si afirmamos que la estatuaria San Agustiniana ciertamente es una ventana abierta hacia el mundo del “Magnus Opus”, buscado tan afanosamente por miles de personas en tiempos medievales. Lo interesante es que con ella queda comprendido el fin de asociar el Arte Gnóstico con la Ciencia verdadera del Ser, con su Filosofía y con la Religión, y lo que la hace colosalmente principal, es la inherencia que este conocimiento, mantenido oculto para los ojos del profano y profanador, tiene para con el mundo psico-biológico del ente humano.
         Sencillez y mucha sabiduría plasmaron los artistas de San Agustín en sus estelas. Sencillez para mostrar que la verdad no es fruto de una mente complicada; y sabiduría porque en esos grabados no hay nada que sea producto del azar o del capricho personal, sino fruto de una Lógica Superior que transmitieron a la humanidad, a través del simbolismo, la Ciencia Objetiva del Ser Íntimo.
         San Agustín siempre ha despertado la averiguación y el éxtasis de la mentalidad que se pone en contacto con sus piezas arqueológicas. Inconmensurables han sido los esfuerzos realizados por múltiples investigadores en lo concerniente a todo ese armazón místico, filosófico y antropológico que le ha rodeado.
         Le ha tocado a este puñado de investigadores de la Antropología Gnóstica, descorrer un poco el velo que permite al lector la real interpretación de estas estelas que nos informan, acerca del auténtico trabajo de la Súper-dinámica Sexual y de la Súper-dinámica Mental que es imprescindible realizar para llevar a cabo la auténtica Integración Positiva del Ser…
         Incuestionablemente, el Conocimiento Gnóstico que expresaron los artistas de estas piezas esplendorosas escapa siempre a los normales análisis del racionalismo subjetivo; el conocimiento que transmiten en estos “libros de piedras”, corresponde a un saber suprarracional que depende del Ser, y que nada tiene que ver con el intelectualismo teórico.
         El abismo que existe entre el conocimiento que expresa la estatuaria de San Agustín y la interpretación subjetiva que dan las mentes extemporáneas de quienes pretenden estudiarla, es infranqueable; las ideas que expresan estas esculturas, van dirigidas al espíritu vivificante, donde la razón subjetiva de los seres humanos actuales resulta ineficaz, insuficiente y terriblemente pobre. Sobre el conocimiento del Ser o de Dios y de cada una de sus partes autónomas, autoconscientes y auto-independientes, que poseían estos artistas, quedó grabado en esta estatuaria.
         Estas esculturas no son comprendidas por los antropólogos oficiales, por la sencilla razón que ellos cometen el error imperdonable de explicarlas por medio de datos intelectuales caprichosos y resulta que éstas, en su sentido gnóstico entrañan profundas enseñanzas que ellos se niegan rotundamente al caer en el vano intelectualismo.
         Los estudiosos de la Antropología Gnóstica en vez de reírse escépticos, como lo hacen ciertas corrientes pseudo-antropológicas, ante los monumentos  de San Agustín, vemos respetuosos el Arte Regio, Objetivo; que es el Arte que deja para la posteridad una enseñanza, una doctrina que practicada conscientemente nos encamina al Ser Interior profundo…
         El grupo étnico que creó esta estatuaria todavía sigue siendo un enigma para la humanidad en muchos aspectos, pero la Antropología Gnóstica considera que ha llegado el momento de rasgar considerablemente su velo: siguiendo los delineamientos de esta Antropología Psico-analítica, rescatamos mucho de su excelsa sabiduría, describiendo el significado oculto de sus monumentos.
         Indubitablemente, quien estudie y analice este ensayo, sabrá que la sagrada Gnosis Universal podrá informarle a la opinión pública con acierto y autoridad, sobre las culturas prehispánicas.
         Toca a la Antropología Gnóstica el trabajo de entregar a la humanidad luz sobre nuestros antepasados. Existe una gran diferencia entre la Antropología meramente profana y la Antropología Gnóstica. La Antropología profana o Materialista, mediante asociaciones intelectivas, saca deducciones lógicas que pueden no estar de acuerdo con los principios esoteristas de los Indo americanos; en cambio la Antropología Gnóstica, basada en reglas precisas, en principios tradicionales eternos sabe extraer de esta estatuaria toda la Sapiencia Esotérica, Oculta o Psicológica e este legado cultural, que es un regalo para ayudar a la humanidad.