martes, 3 de julio de 2012

San Agustín conoció la divinidad del sexo


                                VISITA A SAN AGUSTÍN (2ª. PARTE)
 
Hay dos formas de ver el sexo: Animalescamente y Espiritualmente. El “Animal Intelectual” por su condición de ser “Animal”, lo ve animalesco. Los artistas Agustinianos debido a la comprensión (fusión del Saber y el Ser) de los Misterios Sexuales veían el sexo como la parte más esencial del Espíritu de Dios en uno; muy diferente al “Animal Intelectual” que inventa teorías sexuales que cambian incesantemente como las modas de las mujeres, fundamentadas en la complacencia de sus sensaciones lujuriosas.
Los artistas Agustinianos conocedores de una antiquísima sexualidad que tiene su origen en los primeros fundamentos del Universo, plasmaron en sus magistrales estelas esta sexualidad divina que se conservó siempre en los Templos alejados de la falsa civilización materialista. Esta sexualidad se guardó por los Maestros de Sabiduría en lugares secretos, inaccesibles a los “mercaderes del Templo”. Con la clave exacta de esta arcaica sexualidad, se puede transformar radicalmente el ser humano.
SUPRASEXUALIDAD, es el nombre de esta antiquísima sexualidad que desde la aurora de la creación jamás ha cambiado su fórmula, porque es exacta como una tabla pitagórica. En ella comulga la Ciencia Pura, la Religión y el Arte Regio, dentro de un connubio divino. En los libros sagrados de todas las Religiones antiguas se encuentra expuesto el Sagrado Símbolo de la Suprasexualidad, Arte Regio Trascendente Sexual.
Bástanos recordar el Árbol de la Ciencia del Bien y del Mal del Jardín del Edén, símbolo terrible de la Fuerza Sexual, en el cual se halla la REDENCION o CONDENACION del Hombre. El Arbol, el Sephirote de la Kábala; la Higuera sagrada, símbolo de la Sabiduría Divina; el Haona de los Mazdeistas, en el cual Zoroastro representó el Sistema Nervioso y el Sistema Líquido del Hombre; el Zampun del Tibet; el Roble de Pherécydes y de los primitivos Celtas.
Todas las antiguas Religiones nos representan a sus fundadores adquiriendo la Sabiduría debajo de un Arbol. Así vemos al Gran Buda Gautama recibiendo la
Iluminación debajo del Arbol Bhodi. En la gloriosa India de los Rissi no hay pueblo que carezca de un Arbol Mágico, símbolo de la Sagrada Fuerza Sexual.
El ESPIRITU SANTO ES LA FUERZA SEXUAL. Esa Fuerza es llamada KUNDALINI entre los indostanes, simbolizada en la Serpiente Ascendente.
Cuando el Hombre ha desarrollado en su constitución humana ese Poder del Fuego, entonces se transforma radicalmente. De esa manera el Padre que está en secreto se expresa a través del Ungido. El Padre es el Maestro Interno de Sabiduría. El Padre es una llama inefable de la Gran Hoguera, un fragmento del Absoluto en nuestro corazón. Las sectas religiosas organizadas del mundo actual, han antropomorfizado al Padre; pero “hay tantos Padres en el Cielo como hombres en la Tierra”.
El Padre que está en secreto dentro de nosotros es aquel RUACH ELOHIM que, según Moisés, labraba las aguas en el Principio del Mundo; es la Mónada de Carpócrates, el Divino Daimón de Sócrates; la Seidad de los Tibetanos; el Silencioso Gandarva o Músico Celeste de los hindúes.
Cuando el varón derrama el semen, pierde millones de ATOMOS SOLARES que reemplaza por millones de átomos de su propio “infierno atómico”, y esto le produce obscuridad psicológica. Pero cuando el Hombre cumple con la fórmula de “Introducir el Phalo en el Útero y retirarlo sin derramar el semen”, entonces los Atomos Solares se multiplican en forma extraordinaria y llenan al Mundo Interior del Sujeto de LUZ y de FUEGO. Sólo así puede expresarse la CONCIENCIA MISTICA, y al fin se cumple el objetivo del Religare (de la Religión): UNIR EL ALMA CON DIOS para siempre; así deviene la Salvación de los antiguos Cristianos o Liberación.
Algo que está implícito en estas estatuas Agustinianas, es que la práctica incesante del Arcano A. Z. F., produce el Despertar de la Conciencia. Algunos viejos decrépitos, anulados de tanto cohabitar declaran el Arcano A. Z. F., como imposible y abogan por la abstención absurda de la enfermiza “castidad” pseudo-religiosa, pero esta origina Poluciones Nocturnas, espermatorrea, masturbación y por lo tanto descalcificación. ¡Es que a la Madre Natura no se le viola impunemente!
Las Leyes del Sexo no se hicieron para contravenirlas. Menospreciar a la mujer, la que nos ha dado el Señor Jehová, es obra de masturbadores, de sodomitas. A la Antropología Gnóstica la han tildado ciertos “ignorantes ilustrados”, algunos pseudo-
esoteristas, etc., de materialista por enseñar el Arcano A. Z. F.; pero resulta que estos enfermizos se creen supertrascendidos, y se olvidan que nada puede existir, ni aún Dios, sin el auxilio del sexo. ¿De dónde ha salido toda esta gran Creación?
El sexo a esta clase de gentes les repugna, pero, ¿y de dónde salieron ellos? ¿Quién los matriculó en la escuela de la vida? ¡Atrás sodomitas, decrépitos físicos y morales! ¡Atrás espiritualistas fornicarios! ¡Atrás antropólogos materialistas, que pensáis que los artistas regios Agustinianos plasmaron en la piedra arte pornográfico! ¡Ay! de aquellos pseudo-místicos que detestan a la mujer; de aquellos fornicarios pasionales que sólo ven en ella un instrumento de placer. ¡Desdichados! más les valiera no haber nacido, o haberse colgado al cuello una piedra de molino y arrojarse al fondo del mar.
Si durante la conexión sexual amorosa, la Pareja refrena el Espasmo u Orgasmo, entonces la sustancia semínica se transforma en energía; esta energía asciende por ciertos canales espermáticos al cerebro, y de esta manera la Pareja se convierte en Elohim. Esto no lo entienden ni lo pueden entender, ni se lo explican los pseudo-apóstoles de la medicina moderna, simplemente porque ellos no conocen la anatomía de los cuerpos internos del Hombre, ni la química oculta, ni la ultrabiología de los organismos interiores del Hombre, que son la base fundamental de la vida hormonal y de las glándulas endocrinas.
Los hindúes llaman a los canales espermáticos por donde asciende la Energía Sexual al cerebro, Idá y Pingalá. Estos son dos cordones nerviosos que se relacionan con el Vago y el Simpático; se enroscan en la columna espinal en la forma simbólica con lo que lo representa el Caduceo de Mercurio.
El organismo humano tiene canales para la salida del semen y también posee canales espermáticos por donde la energía seminal sube desde la bolsa seminal hasta el cerebro, donde llega convertida en Energía Crística; porque la masa se transforma siempre en energía, como ya lo probó el sabio Albert Einstein; a este proceso es llamado por los Gnósticos, TRANSMUTACION.
En épocas antiquísimas el Hombre usaba los canales espermáticos de ascenso, y eso es lo que quieren representar los artistas Agustinianos en su estatuaria de arte erótico. Actualmente muchas comunidades en distintas partes del planeta usan esos canales desde tiempos inmemoriales; por ello llegan hasta edad muy avanzada, manteniéndose lúcido su entendimiento, mientras que en nuestra actual civilización el hombre a los setenta años de edad por lo general es un decrépito.
Y existen miles de pruebas para poner al “hombre civilizado y científico” a pensar sobre este particular. Por ejemplo, en un niño donde todavía no se ha recogido su fuerza sexual en sus gónadas, esta fuerza está latente en todo su organismo, y por ello si el niño
se corta, sana más rápidamente que un adulto, pero desde la pubertad ya está desperdiciando sus fuerzas sexuales, además que no sabe manejarlas como en el caso del niño.
En Gnosis, la Castidad no es cuestión de poses, pietismo o retórica de catecismo. Cuando el Gnosticismo habla de Castidad, alude a la decencia sexual, no al bestialismo de la fornicación. Alude a la unión que se verifica entre esposo y esposa, no para crear “hijos” SINO PARA FORMAR HOMBRES REALES; pero el ser humano corriente, común, ni siquiera se une como los animales, para crear animales, sino que lo usa para saciar torpes y brutales apetitos infrasexuales o sexopatías.
El amor lo exaltamos cuando nos unimos para prender nuestro Fuego Interno, el Kundalini; y lo extinguimos cuando la unión es puramente animal, cuando violamos la Ley Divina: “NO FORNICAR” que es el Sexto Mandamiento; cuando derramamos el semen, prohibido por el Señor Jehová en el Levítico, 15: 1-2.
El Amor obra milagros cuando le damos cabida en nuestro corazón, por ello, dijo alguien, “la mujer cuando ama a su marido, le soporta hasta sus vicios, pero cuando no le tiene amor, hasta sus virtudes le fastidian”.
Todos los libros llamados Sagrados, tales como el Bagavag Gita, el Ramayana, el Chilam Balan de Chumayel, el Corán, la Biblia, etc., etc., se ocupa de muchas ideas tales como la Salvación, las Misiones de Profetas, Reyes Divinos, Mensajeros, el Crecimiento Espiritual del individuo, la Vida Eterna... La Biblia es considerada por las tradiciones religiosas de occidente y por los cristianos de todo el mundo, como el registro del Sagrado sendero de la Divinidad revelado a Moisés, a los enviados del Padre eterno y a la sublime figura de Jesús y sus Apóstoles.
En sí, la Biblia, no es básicamente un libro sólo de Ciencia Pura, sino también un libro de un profundo sentido humanístico que contiene muchas ideas relacionadas con Sociología, Psicología, Arte, Religión y muchos otros tópicos de interés humano, entre los cuales se destacan muchas ideas sobre el Sexo y cómo debe ser la vida sexual de un ser humano que anhela vivir y desarrollarse en la Senda Espiritual.
Conviene a todo ser humano estudiar reflexivamente sobre algunos de esos capítulos bíblicos dedicados exclusivamente al lugar que ocupa la Sexualidad en el Matrimonio, y las implicaciones morales que de allí se derivan. En este Cuaderno Gnóstico sobre Phalismo Sagrado en la Cultura Agustiniana, señala cómo estos artistas regios quisieron a posteriori mostrar el comportamiento sexual que debe seguir el ser humano, respetuoso de los Mandatos Jehovísticos, emanado del estudio de algunos
versículos de las Sagradas Escrituras y a la Luz de las corrientes Gnósticas del pensamiento contemporáneo.
Permítasenos efectuar nuestro examen de algunos de estos versículos, al fin y al cabo en las mismas Escrituras se ha dicho: “Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para argüir, para instruir en justicia.” (2 Timoteo, 3: 16)
La Doctrina Cristiana descansa sobre el sencillo aunque profundo cimiento de que “al principio creó Dios” todo lo existente (Génesis, 1: 1), incluso al varón y a la mujer. Somos conscientes que los filósofos y científicos materialistas de nuestros días niegan directa o indirectamente, la realidad de ESO que se llama Dios, con el argumento, insensato por cierto, sin ninguna evidencia meridiana, que Dios es una mera proyección mental surgida de la ignorancia de quienes lo conciben. En este terreno de las opiniones sobre Dios de los señores materialistas, mejor debemos ser un poco socráticos y afirmar que la mayoría de seres humanos, no sólo no saben, sino que además, no saben que no saben.
Como podemos observar de manera directa, el Creador hizo que cada ser humano fuera una Unidad (espiritual, social, emocional, física) presente en un Alma y en un Cuerpo Carnal (reproductivo, sexual), cuyo propósito es vivir la vida para Gloria de Dios. El Amo del Universo no sólo creó el cuerpo con las necesidades del Varón y de la Mujer, sino que creó los procesos mediante los cuales esas necesidades deben ser satisfechas; y cuando estas necesidades se les deja funcionar de conformidad con el Plan del Creador. El Varón y la Mujer glorifican a Dios.
Dentro de los Mandatos Divinos están que el varón y la mujer se unan en forma tal que: “Dejará el hombre a su padre y a su madre y se unirá a su mujer.” (Génesis, 2: 24).
Creando en esta forma la unión que nosotros denominamos hoy, MATRIMONIO. Y continúa el Génesis diciendo: “Y los dos serán una sola carne. Estaban ambos desnudos, el hombre y su mujer, sin avergonzarse de ello”. (Génesis, 2: 25).
La parte medular de este versículo la tenemos en la frase “Los dos serán una sola carne”. Esta frase se refiere exclusivamente a una unión física del esposo y la esposa y esto implica, estando ambos desnudos, una experiencia sexual definida, llamada cópula o coito. Estos versículos indican claramente que el sexo es una profunda experiencia personal que no es detestable ni degradante a los ojos de Dios, puesto que Jehová mismo invita al varón y a la mujer a ser “una sola carne”.
Además, pueden varón y mujer estar juntos, ambos desnudos, sin avergonzarse por ello como claramente lo expresa el versículo anterior del Génesis. Por lo tanto, el sexo no es ni debe ser avergonzante, si lo vemos como Dios manda.
En el pasado, y aún en la actualidad, muchos grupos dentro de la corriente histórica de la cristiandad han evadido el concepto de que Dios apruebe la sexualidad para gozo del marido y de la mujer. Esta actitud no descansa ciertamente sobre las ideas netamente cristianas sino, consideramos, sobre las aprehensiones inconscientes de quienes defienden el Celibato, haciendo con ello más evidentes sus pasiones y temores. A los cristianos que creen esa idea que el sexo es pecaminoso PER SE es indispensable recordarles el Cantar de los Cantares, donde hermosos capítulos de bella poesía sobre las relaciones amorosas entre marido y mujer, entregados por el Sabio Salomón, nos invitan a reflexionar profundamente.
En esos preciosos cánticos se describe en vívido lenguaje poético los cuerpos físicos de los amantes cónyuges, sin caer en lo obsceno. El Goce mutuo de las relaciones sexuales en el Matrimonio no es un delito, ni se encuentra en contra del concepto cristiano de una vida espiritual devota, ni está contra los mandamientos de Dios como claramente está aseverado en esta Carta de Pablo de Tarso: “Mas para evitar la Fornicación tenga cada uno su mujer y cada una tenga su marido. El marido otorgue lo que es debido a la mujer, e igualmente la mujer al marido; la mujer no es dueña de su propio cuerpo: es el marido; e igualmente el marido no es dueño de su propio cuerpo: es la mujer. No os defraudéis uno al otro, a no ser de común acuerdo por algún tiempo, para daros a la oración, y de nuevo volved a lo mismo a fin de que no os tiente Satanás de incontinencia.” (1 Corintios, 7: 2-5).
Estos versículos de la Carta de Pablo fija claramente verdades básicas sobre la importancia de la relación sexual dentro de la vida matrimonial; son unos versículos que aniquilan toda creencia de que el sexo es algo mundano que atenta contra la espiritualidad, por el contrario, se nos señala aquí, que dado el carácter vigoroso del Impulso Sexual, cada varón y cada mujer deben tener su propio cónyuge para gozar de sus respectivas uniones sexuales; y además, tanto el varón como la mujer, tienen definidas e iguales necesidades sexuales que deben ser satisfechas en el Matrimonio.
La Biblia, un libro antiguo, nos enseña algo, que sólo hasta ahora acaba de descubrir la ciencia del hombre “supercivilizado”: que la sexualidad no es prorroga del varón, y que la esposa pasiva y calladamente debe someterse a él, como se pensaba hasta no hace mucho, sino que, por el contrario, la mujer tiene una marcada necesidad
de tener el Gozo Sexual en el Matrimonio que la colmen en todas sus esferas psicológicas.
Es obvio que ésto lo logra el Matrimonio Cristiano, porque cumple con la Ley del Señor Jehová que da en el Levítico, 15: 1-2, de no tener emisión seminal, que se logra con la clave: “Conexión Phalo-Utero sin eyacular el Ens Seminis”.
Es indispensable comprender que el placer pasional bestial en la sexualidad no es un fin en sí mismo, como lo preconizan los señores materialistas. Si ese placer fuese un fin en sí mismo, las relaciones extramatrimoniales fueran completamente aceptables, al igual que cualquier medio y modo personal de lograr ese placer.
En verdad, las relaciones extramatrimoniales constituyen una violación y destrucción de los sentimientos amorosos del cónyuge y de los postulados espirituales, con las consecuencias lógicas de separaciones y divorcios. Realmente San Agustín nos presenta que la unión sexual no es una relación carnal intrascendente, sino que es una profunda y vital actividad de íntima naturaleza entre el varón y la mujer. Las relaciones sexuales son tan importantes y de tan profundo significado en la vida humana, que exigen felicidad, respeto, dominio propio y responsabilidad.
Desde el punto de vista cristiano estas aseveraciones están respaldadas por las enseñanzas presentes en los siguientes versículos bíblicos: “Hijo mío, atiende a la sabiduría, da oídos a la inteligencia, para guardar el consejo y mantener en tus labios la ciencia. Miel destilan los labios de la mujer extraña y es su paladar más suave que el aceite. Pero su fin es más amargo que el ajenjo, punzante como espada de dos filos. Sus pies descienden a la muerte, llevan sus pasos al sepulcro. No va por el camino de la vida; va errando por el camino sin saber a donde. Óyeme, pues, hijo mío, y no te apartes de las razones de mi boca. Aleja tu camino de ella y no te acerques a la puerta de su casa”. (Proverbio, 5: 1-8).
Estos versículos proporcionan fuertes y severas advertencias a los varones de todas las edades con respecto al Adulterio y a las promiscuas relaciones sexuales con diferentes mujeres, indicándonos claramente que cualquier expresión sexual fuera del Matrimonio produce frutos amargos, pues conduce a la destrucción de la Unión Matrimonial y de la Vida misma, paralizando el desarrollo espiritual del ser humano, así que: “Para qué andar loco, hijo mío, tras la extraña y abrazar en tu seno a la mujer extranjera”. (Proverbio, 5: 20).
Y esta doctrina ha sido fundamentada en la vida del verdadero cristiano desde que Jehová dijo a Moisés, para su pueblo, el mandamiento: “NO DESEARÁS LA MUJER DE TU PRÓJIMO”. (Exodo, 20: 17).
Con lo cual expresa claramente: “Pasarás por el Goce Sexual dentro del Matrimonio sólo con tu esposa en hogar legítimamente constituido ante Dios y ante los hombres verdaderos”.
Lamentamos el relajamiento de las buenas costumbres en países que se aprecian de civilizados. La fórmula civil o religiosa del Matrimonio se ha convertido en permiso oficial para fornicar unos cuantos días, después de los cuales viene el Divorcio.
El Matrimonio Moderno se ha convertido en un nuevo tipo de Prostitución. Se conocen casos de personas que se casan 10 o 15 veces. Muchas de esas personas son grandes artistas de cine, personas del alto mundo social. Nadie dice nada por sus 10 o 15 cónyuges. Estando la Prostitución o el Adulterio legalizado, todo el mundo se calla.
En esto del Matrimonio pueden los Legisladores establecer todas las leyes que quieran, pero realmente nada lograrán transformar. La Felicidad de los Matrimonios no podrá ser posible si se profana el Acto Sexual.
Los Matrimonios Modernos no han querido comprender la Majestad del Sexo, como sí lo presenta San Agustín. Es necesario saber que el sexo es sagrado. Por ejemplo, entre los Vedas (India) la unión sexual es utilizada para lograr formas elevadas de Extasis. Entre los Yogas del Indostán, utilizan la unión matrimonial para lograr la Unión con el Espíritu y entrar a los Mundos Superiores.
A ningún Sabio del Oriente se le ocurre utilizar la unión sexual para satisfacer pasiones carnales. Los yoguis del Tantrismo Blanco (porque también lo hay Gris y Negro) se unen sexualmente con su esposa sólo para su Auto-realización Intima. Los Brahamanes consideran la unión sexual como equivalente a un Sacrificio Divino. En el Tantrismo Budista se alcanza el Nirvana por medio del sexo. Los Yoguis alcanzan el Samadhí en el acto sexual sin derramar el Ens Seminis.
Las personas profanas, que no conocen sobre la Increción Hormonal, piensan que esta práctica es dañosa y puede traer congestión de la Próstata y Vesículas Seminales. Este concepto es una solemne falsedad, pues, los Gnósticos practican este acto sexual durante toda su vida y jamás han sufrido de la Próstata ni tampoco de las Vesículas Seminales.
No hay duda de que los Matrimonios podrán poner punto final a los Divorcios con la práctica de la Suprasexualidad. Así conservarán la dicha de la Luna de Miel durante toda la vida. Con este acto hay Felicidad Verdadera, la pareja sentirá cada vez más ganas de acariciarse y de realizar el acto sexual sin llegar jamás al cansancio y al aburrimiento. Con este acto sexual se acabarán los Divorcios.
Los enamorados a menudo confunden el Deseo de la Pasión Animal con el Amor, y lo peor del caso es que se casan creyéndose enamorados. Consumado el acto sexual con eyaculación seminal, satisfecha la pasión carnal, viene entonces el desencanto, queda la terrible realidad. Por eso aconsejamos a los enamorados auto-analizarse a sí mismos antes de casarse, para saber si realmente están enamorados; porque la pasión animal se confunde fácilmente con el Amor. Caro lector, es bueno que sepas, que el Amor y el Deseo animal son absolutamente incompatibles, opuestos. Aquel que verdaderamente está enamorado es capaz de dar hasta la última gota de sangre por el ser adorado. No confundas Hombre Enamorado, el Amor con la Pasión, porque si no estás enamorado te espera un triste destino: El Adulterio.
El Adulterio es el resultado cruel de la falta de Amor. La mujer verdaderamente enamorada preferiría la muerte antes que adulterar. El varón que adultera no está enamorado. La Suprasexualidad brinda a los cónyuges todas las condiciones para vivir una existencia de dicha y de gozo permanente. La Suprasexualidad proporciona a la pareja cristiana todos los elementos para labrar en su hogar la Salvación del Alma y la conquista del Espíritu Divino.
Por ello invitamos a todos los Hogares del Planeta, sin excepción alguna de credo, logias, razas, etc., a estudiar y analizar ese procedimiento de: “Conexión del Phalo-Útero sin eyacular jamás el Ens Seminis”. A nadie perjudica esta clave.
Los miembros de todas las Escuelas, Religiones, Sectas, Órdenes, etc., bien pueden ponerse de acuerdo sobre la base del Matrimonio, que es practicar esta fórmula; así se podrá fundar una civilización basada en el respeto al sexo y a la sexualidad.
Necesitamos una nueva civilización cuyo fundamento sea una Nueva Sexualidad, y que esta sea la Suprasexualidad, como lo ordena la Biblia a través del Señor Jehová.
El mundo entero está en crisis y sólo cumpliendo las ordenanzas del Creador podemos salvarnos. Nosotros invitamos a todos los miembros de esta humanidad a estudiar cuál es el camino de la Salvación que nos indica la Palabra Divina; sería absurdo seguir esquivando y violando estos mandatos...
En las Sagradas Escrituras Bíblicas encontramos unas maravillosas instrucciones sobre cómo las parejas cristianas deben satisfacer su Gozo Sexual dentro del ámbito de
la más pura Castidad, sin adulterios, fornicaciones, ni ninguna señal de Infrasexualismo: “Bebe el agua de tu cisterna, los raudales de tu pozo. ¿Quieres derramar fuera tus fuentes, por las plazas las aguas de tu río? Tenlas para tí, no para que contigo las beban los extraños. Bendita tu fuente, y gózala con la mujer de tu mocedad. Cierva carísima y graciosa gacela; embriágante siempre sus amores y recréente siempre sus caricias.” (Proverbios, 5: 15-19)
Estos versículos preconizan en distintos claros tonos, que el Matrimonio formado por la pareja cristiana ha de Gozar sus necesidades sexuales dentro de la más completa castidad. A las Aguas de Vida se les llama “Agua de tu cisterna”, “Raudales de tu pozo”, y nos indica claramente que no deben ser desperdiciadas cuando nos dice “¿Quieres derramar fuera tus fuentes?” “Tenlas para ti solo”. Además nos dice que las debemos tener sólo para nosotros y no para que con uno la beban los “extraños”, esos extraños son nuestros “Yoes” lujuriosos, pasionarios, que nos hacen perder la Energía del Sexo.
Estas bellísimas figuras literarias nos dicen claramente que la Relación Sexual debe efectuarse sin perder las “Aguas de Vida”, las “Aguas Sexuales”, la “Semilla del Hombre”, el Semen. Las Relaciones Sexuales en el Matrimonio Cristiano debe efectuarse sin que el varón expulse su Ens Seminis y sin que la mujer llegue al orgasmo, y esto no sólo lo insinúan los versículos antes mencionados, sino que la Ley Divina al respecto no puede estar más clara en lo dicho por Moisés: “Y habló Jehová a Moisés y Aarón diciendo: “Hablad a los hijos de Israel y decidles: Cualquier varón, cuando su simiente manare de su carne, será inmundo. (Levítico, 15: 1-2) “Y el Hombre, cuando de él saliere derramamiento de semen, lavará en aguas toda su carne, y será inmundo hasta la tarde”. (Levítico, 15: 16) “Y la mujer con quien el varón tuviera ayuntamiento de semen, ambos se lavarán, y serán inmundos hasta la tarde”. (Levítico, 15: 18) “Esta es la Ley del que tiene flujo, y del que sale derramamiento de semen, viniendo a ser inmundo a causa de ello”. (Levítico, 15: 32).
¿Más claro se necesita? Pues más claro es así: ¡NO EYACULEN EL SEMEN PORQUE SERAN INMUNDOS!
Habrá quienes digan que somos “sucios”, “vulgares”, “blasfemos”, y cuantos más epítetos se les ocurra, por hablar de la inmundicia de la eyaculación, pero a estos gratuitos detractores les recordamos que no fuimos nosotros los que escribimos el Levítico, sino que sólo lo hemos transcrito textualmente. Y además, ateniéndonos a la lógica más elemental diremos: Si la transcripción de la Biblia pudiese convertir a alguien en un “indecente”, ¿cómo sería el autor de estos versículos? Y más aun, ¿cómo
podríamos catalogar a todo un libro tenido por Tradición Divina que incluye versículos “sucios” o que enseña “aberraciones”?
Y qué decir del Creador del sexo, ¿acaso nos condenó a la inmundicia? Porque según los fornicarios, la pérdida seminal (denominada fornicación en la Biblia) es la única forma de perpetuar la especie humana. No, nosotros nos negamos a considerar nuestro origen natal como algo obsceno, degradante y digno de menosprecio, y mucho menos pensar en un Creador que nos haya condenado a la inmundicia sin apelación, porque ello sería Injusticia, y ese no es un atributo de nuestro Señor.
Lo que sí afirmamos, y lo hacemos con mucho énfasis, es que realmente es absurdo derramar millones de espermatozoides cuando sólo se necesita uno solo para fecundar. Un solo espermatozoide se escapa fácilmente de las glándulas sexuales sin necesidad de derramar el Semen, porque derramarlo constituye una transgresión de la Ley, es una INMUNDICIA, según el Levítico 15.
Nosotros hablamos de la Fuerza Sexual, porque realmente es una Fuerza. La pérdida de esa Fuerza en el ser humano trajo como consecuencia la pérdida de la Fuerza Moral, y cuando hablamos públicamente de ella se nos vienen, armas en ristre, los pontífices de todas las creencias y los dueños de todos los esclavos del mundo. Pero hablamos claro a las gentes sensatas y claro a los moralistas equivocados que tanto se ruborizan cuando hablamos de la Majestad del Sexo. Ellos ya no pueden tapar el cielo con las manos, porque cuando una Ley Cósmica entra en acción, ¡Ay de los oponentes! Porque serán arrasados.
Ya entró en vigor la Ley en que la Humanidad conozca la Divinidad del Sexo, por eso decimos nosotros: Ya estamos en la Era del Sexo, pero en la era en que el sexo se utilizará para llegar al Padre que está en Secreto como realmente lo presenta el arte regio erótico de San Agustín, y lo presenta como siempre ha sido, el mandato divino, y esto ya nadie podrá evitarlo.
Es precisamente esta técnica cristiana de la unión sexual sin la pérdida seminal la que el Gnosticismo Universal denomina CASTIDAD CIENTIFICA.
El Gnosticismo sostiene que existen dos métodos de unión sexual: 1°. El acto animal de la cópula con eyaculación. 2°. El acto sexual de carácter netamente amoroso, que produce un gozo o intercambio de magnetismo sexual, que puede sostenerse sin llegar al espasmo o al orgasmo, es decir, inhibe la eyaculación y calma el ansia sexual. Este último es el recomendado por los versículos de los Proverbios y Levítico, anteriormente especificados. Mas también existen en las Sagradas Escrituras Bíblicas muchísimas otras ideas cristianas sobre la Sexualidad y el Matrimonio, y en lo fundamental, el Nuevo Testamento mantiene los conceptos del Antiguo, sobre las
actitudes a seguir en la Sexualidad entre los cónyuges y en la vida humana en general; pero los versículos que hemos analizado anteriormente, son suficientes para ayudarnos a comprender que las enseñanzas de la Biblia sobre la Sexualidad y el Matrimonio, han sido tergiversadas por las costumbres aberrantes de los “seres humanos” y con la complacencia de los que dicen hablar en nombre del Señor: “Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas, que cerráis a los hombres el Reino de los Cielos! Ni entráis vosotros ni permitís entrar a los que querían entrar”. (Mateo, 23: 13)
Existen multitudes de Escuelas, Instituciones, Sectas, etc., etc., muchas de ellas con venerables tradiciones, que enseñan sexualidad con derramamiento de semen. Tienen hermosas teorías que hablan bellezas del Amor, la Caridad, la Sabiduría, etc., que atraen y cautivan; naturalmente en semejantes circunstancias la persona ingenua llega a creer con firmeza que dichas Instituciones nada tienen de malo y perverso. Sin embargo, todas ellas predican en el nombre del Cristo y la Divinidad, pero rechazan la Doctrina de la Castidad enseñada en la Biblia, y es por ello que el mundo actual está convulsionado por degeneraciones y depravaciones; los predicadores del “Amor Teórico” son ignorantes fornicarios que desconocen totalmente la Doctrina del Salvador del Mundo, el aspecto psicológico cristiano y los Misterios del Sexo.
Los Misterios del Sexo encierran la clave de todo poder, todo lo que viene a la vida es hijo del sexo. San Agustín a través de su arte erótico regio estudia los Misterios del Sexo. Cuando la pareja cumple con las Ordenanzas Divinas sobre el sexo, percibe que conforme el acto sexual se prolonga, a medida que aumentan las caricias deliciosas, siente una voluptuosidad espiritual maravillosa.
Es en ese momento en que se llenan de electricidad y magnetismo, terribles fuerzas divinas se acumulan en el fondo del Alma... El beso ardiente, las caricias íntimas, se transforman en vibraciones milagrosas que resuenan conmovedoras en el Universo Interior de la pareja... Si el varón y la mujer saben retirarse antes del orgasmo, si tuvieran en esos momentos de gozo delicioso fuerza de voluntad para dominar el Ego animal, la pasión de la Bestia, y si luego se retiran del acto sin que el varón derrame el Ens Seminis, ni dentro de la vagina, ni fuera de ella, ni por los lados, ni en ninguna parte, estarán en la Senda de la Castidad en el Matrimonio Cristiano.
Hagamos, pues, una plena diferenciación entre Castidad y Celibato. Según el Diccionario Manual Sopena, define estos términos así: Castidad. Virtud opuesta a los apetitos carnales. (Esos apetitos son los “Yoes” lujuriosos, fornicarios). Celibato. Estado de soltero. (O sea, persona que no está en el Matrimonio).
El mundo protesta porque el Gnosticismo enseña la Ciencia de la regeneración Sexual, pero en cambio no protesta en contra del homosexualismo, ni contra la prostitución que crece alarmantemente, ni contra la masturbación o ipsación, que se ha constituido en cátedra favorita en el área de la Educación Sexual, ni en contra de las revistas
pornográficas, ni contra el cine y los programas de televisión pornográficos, y demás sexopatías que son múltiples, y que todo esto conlleva a la degeneración sexual y de hecho a la degradación moral del sujeto humano.


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